El dinosaurio Juan y la búsqueda de la amistad


En un valle escondido, vivía un dinosaurio llamado Juan. Era un gran dinosaurio, con escamas verdes y ojos brillantes, pero a pesar de su tamaño, Juan se sentía muy solo.

Observaba a los demás dinosaurios jugar juntos y se preguntaba por qué nadie quería ser su amigo. Un día, decidió hacer algo al respecto. "¿Por qué estás tan triste, Juan?", preguntó la tortuga Matilde, que pasaba por ahí. "Nadie quiere jugar conmigo.

Siempre estoy solo y me siento muy triste", respondió Juan con pesar. "No te preocupes, yo te ayudaré a encontrar amigos. Vamos a buscar por todo el valle", dijo Matilde con una sonrisa. Juntos, recorrieron el valle, pero todos los dinosaurios se alejaban al ver a Juan acercarse.

Finalmente, encontraron a un dinosaurio llamado Martín, que estaba atrapado en un charco de lodo. Juan y Matilde corrieron a ayudarlo, y con esfuerzo lograron sacarlo de ahí.

"Gracias por salvarme, nunca nadie se había preocupado por mí de esa manera", dijo Martín emocionado. A partir de ese día, Martín, Juan y Matilde se convirtieron en grandes amigos. Pronto, más dinosaurios se les unieron, y Juan ya no se sentía solo.

Descubrió que la verdadera amistad llega cuando menos lo esperas, y que ayudar a los demás era la mejor manera de encontrar amigos. Así, el valle se llenó de risas y juegos, y Juan nunca volvió a sentirse triste ni solo.

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