El Discurso de la Vocal A
Había una vez en el colorido pueblo de Letrasville, un grupo de letras que vivían juntas en armonía. Cada letra tenía su propio carácter y todos tenían un sonido especial. Sin embargo, había una letra que siempre se destacaba sobre las demás: la vocal A. A era amigable, alegre y siempre estaba lista para ayudar a sus amigas consonantes.
Un día, mientras las letras se preparaban para el gran festival de la Gramática, A convocó a todos en la plaza del pueblo.
"Queridos amigos, ¡este año quiero que nuestro festival sea realmente especial! ¡Vamos a hacer un gran discurso juntos!" - propuso.
"Pero, A, ¿qué tipo de discurso?" - preguntó la consonante B, un poco confundida.
"¡Uno que muestre cómo trabajamos juntos! Ustedes saben que, sin las vocales y las consonantes, no tendríamos palabras! ¡Y sin palabras, no podríamos contar historias!" - respondió A con entusiasmo.
Las letras se pusieron a trabajar, cada una aportando sus ideas. Sin embargo, no pasó mucho tiempo antes de que comenzaran a surgir diferencias.
"Yo creo que deberíamos enfocarnos en las consonantes, ¡son más fuertes!" - dijo la consonante T, destacando su robustez.
"Pero las vocales son las que le dan vida a las palabras, ¡sin nosotros no serían más que sonidos vacíos!" - replicó la vocal E, defendiendo su importancia.
La conversación se tornó tensa y se sentía una nube de desánimo sobre las letras. A decidió que era momento de actuar.
"¡Alto!" - gritó A, llamando su atención. "No podemos olvidarnos del propósito de nuestro discurso. Cada uno de nosotros tiene un papel que jugar. Hay que colaborar, no competir. Las consonantes y las vocales juntas formamos algo increíble: la magia de la comunicación. Y aunque a veces tengamos diferencias, cada uno de nosotros es fundamental."
Las letras hicieron una pausa para reflexionar sobre las palabras de A. Al día siguiente, se sentaron a escribir juntas, fusionando sus ideas. A eligió una hermosa frase que simbolizaba la unidad:
"¡Con letras de amor, construimos palabras en buen humor!" - propuso.
Todos aplaudieron y comenzaron a trabajar en el discurso, cada letra aportando su estilo. Al llegar el día del festival, estaban muy emocionados.
El gran día finalmente llegó. El escenario estaba lleno de colores, con todos los habitantes de Letrasville esperándolos con urgencia. A subió al escenario formada junto a sus amigos.
"¡Bienvenidos al festival de la Gramática! Somos las letras de Letrasville, y hoy venimos a compartir nuestra historia. ¡Recuerden siempre que juntos somos más fuertes!" - comenzó A.
Las letras, bien organizadas, llevaron a cabo el discurso, mostrándole a toda la audiencia cómo el trabajo en equipo había creado las palabras más bellas de todo el alfabeto. El pueblo celebró con risas y aplausos, y todos se sintieron orgullosos de ser parte de algo tan especial.
Al final del festival, la letra A se sintió muy feliz. No solo les había enseñado sobre la importancia de la comunicación, sino también sobre la unión.
"Gracias a todos por ser una parte importante de nuestro discurso. Recuerden que cada letra tiene su lugar y, juntos, ¡podemos construir historias maravillosas!" - exclamó.
Desde entonces, cada año, Letrasville celebraba el festival de la Gramática con un discurso que destacaba el trabajo en equipo, mostrando cómo las diferencias pueden ser una fuente de fortaleza y unidad. Y así, la letra A se convirtió en la heroína de la amistad y la colaboración, recordando a todos que siempre hay espacio para la diversidad en el mundo de las letras.
FIN.