El divertido día de los números




Había una vez en el país de los números, un día muy especial. El número cero despertó muy contento y llamó a todos sus amigos.

-¡Buenos días, queridos amigos! Hoy vamos a jugar un divertido juego de conteo por todo el país de los números, ¿quién se apunta? -exclamó el número cero. Todos los números, del uno al diez, se emocionaron y se unieron al juego. -¡Yo me apunto! -gritó el número uno. -¡Yo también! -dijo el número dos.

Y así sucesivamente, cada número se sumó al juego. El primero desafío era encontrar diez flores de colores escondidas por el país de los números.

El número uno encontró una flor, el número dos encontró dos flores y así sucesivamente hasta que el número diez encontró diez flores. Después, jugaron a contar animales: ¡cinco pájaros, seis peces, siete mariposas y así sucesivamente! El número cero se aseguró de que cada número estuviera contando correctamente.

Finalmente, llegaron a la montaña más alta del país de los números, donde encontraron diez deliciosas tortas esperándolos. -¡Qué rico! -dijeron todos los números al unísono.

El número cero se aseguró de que hubiera una torta para cada número, ¡incluso una para él! Después de un divertido día de conteo y juegos, todos los números se despidieron con alegría. -¡Hasta la próxima, amigos! -dijeron a coro.

Y así, con una sonrisa en sus caras, cada número se fue a descansar, sabiendo que juntos habían tenido un día maravilloso.

Y el número cero, cerrando la historia, dijo una última vez: -¡Hoy aprendimos que todos los números son importantes, desde el cero hasta el diez! ¡Que vivan los números! Los números se despidieron con alegría, sabiendo que juntos habían tenido un día maravilloso.

FIN.

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