El doctor aventurero y la salud de nuestro cuerpo


Había una vez un otorrinolaringólogo llamado Dr. Gustavo, que tenía una gran pasión por las historietas y los libros de aventuras.

Todos los días después del trabajo, se sentaba en su sillón favorito con un vaso de jugo y se perdía en el mundo de sus libros. Un día, mientras disfrutaba de su jugo en su casa, notó algo extraño en la etiqueta del envase: decía "papel mate". Se preguntó qué significaría eso y comenzó a investigar.

Descubrió que el papel mate es más ecológico y fácil de reciclar que otros tipos de papel. El Dr.

Gustavo pensó entonces que podía hacer algo bueno por el medio ambiente utilizando papel mate para imprimir información sobre salud auditiva y nasal para sus pacientes. Así, comenzó a imprimir folletos informativos sobre cómo cuidar nuestros oídos y nariz usando papel mate.

Un día, mientras repartía estos folletos en la sala de espera de su consultorio, un niño llamado Tomás se acercó a él y le preguntó: "¿Qué son esos papeles?". El doctor le explicó lo que eran y por qué era importante cuidar nuestros oídos y nariz.

Tomás quedó tan interesado en el tema que comenzaron a hablar durante horas sobre cómo funcionan nuestros cuerpos y cómo podemos prevenir problemas auditivos o nasales. El Dr. Gustavo estaba encantado al ver la curiosidad del niño.

Pero esa no fue la única sorpresa para el doctor ese día. Cuando llegó a casa esa noche, encontró una nota debajo del vaso donde había dejado su jugo ese mismo día: "Gracias por cuidar del medio ambiente y enseñarme algo nuevo hoy.

¡Me encantaría saber más sobre nuestros cuerpos! -Tomás". El Dr. Gustavo se sintió muy emocionado al leer la nota y decidió escribir un libro para niños sobre cómo cuidar nuestros cuerpos, especialmente nuestros oídos y nariz. Tomás fue su inspiración.

Después de muchos días de trabajo, el libro finalmente estuvo listo. El doctor lo llevó a la sala de espera de su consultorio para que los niños pudieran leerlo mientras esperaban sus turnos.

Un día, Tomás llegó al consultorio con su madre y vio el libro en la sala de espera. Corrió hacia él gritando: "¡Mamá, es el libro del Dr. Gustavo! ¡Lo quiero leer!". La madre sonrió y le permitió tomarlo prestado mientras esperaban al médico.

Cuando llegó su turno, Tomás estaba tan emocionado por lo que había aprendido en el libro que no podía dejar de hablar sobre ello con el doctor. Desde ese día en adelante, cada vez que Tomás visitaba al Dr.

Gustavo para una consulta regular, se aseguraba de llevar consigo todos los folletos informativos y libros infantiles sobre salud auditiva y nasal que había recogido durante sus visitas anteriores.

Gracias a este encuentro casual entre un otorrinolaringólogo apasionado por las historietas y un niño curioso llamado Tomás, muchos niños comenzaron a aprender sobre cómo cuidar sus cuerpos desde una edad temprana. Y todo gracias a una simple etiqueta en un envase de jugo con papel mate impreso en ella...

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