El don de Cristal


Cristal era una joven muy especial, pues tenía la maravillosa habilidad de transformarse en un hermoso búho al caer la noche.

Nadie en su pueblo conocía este secreto, ya que siempre se aseguraba de que nadie la viera cuando se convertía en ave. Una noche, mientras volaba por los cielos como búho, Cristal quedó deslumbrada por la belleza de la luna y las estrellas.

Sin darse cuenta, terminó enredada en una red colocada por unos cazadores furtivos en el bosque. Asustada y sin poder liberarse, comenzó a lamentar no haber sido más cuidadosa. En ese momento apareció un ratoncito llamado Lucas, quien vivía cerca del lugar donde Cristal había caído atrapada.

Al verla en apuros, decidió acercarse para ayudarla. "¡Hola! ¿Necesitas ayuda?", preguntó Lucas con amabilidad. Cristal, sorprendida por la aparición del pequeño ratón, le explicó lo que le había sucedido y cómo se encontraba atrapada en aquella red. —"Tranquila" , dijo Lucas con determinación.

"Juntos encontraremos una solución". Con gran esfuerzo y trabajando en equipo, lograron romper la red y liberar a Cristal. La joven búho estaba enormemente agradecida con Lucas por su valiosa ayuda.

"¡Muchas gracias por rescatarme! Eres un verdadero amigo", expresó Cristal emocionada. Lucas sonrió y respondió: "En los momentos difíciles es cuando más necesitamos apoyarnos mutuamente". Desde ese día, Cristal y Lucas se hicieron inseparables amigos.

Juntos exploraban el bosque, compartían aventuras y aprendían el uno del otro. Un día, mientras paseaban juntos bajo el brillante sol del mediodía, llegaron a un claro donde descubrieron un nido abandonado de pájaros carpinteros. Dentro del nido había tres huevos olvidados que pronto eclosionarían.

"Debemos cuidar estos huevos hasta que nazcan los polluelos", sugirió Cristal con ternura. "¡Por supuesto!", exclamó Lucas entusiasmado. "Será maravilloso ser parte de esta nueva vida".

Así fue como Cristal y Lucas se convirtieron en los protectores de los huevos de pájaro carpintero. Dedicaron todo su tiempo y cariño para mantenerlos abrigados y seguros hasta que finalmente los polluelos rompieron sus cascarones y llenaron el bosque con sus dulces trinos.

La historia de Cristal enseña que todos tenemos habilidades especiales que pueden ser útiles para ayudar a otros; además nos muestra la importancia de la amistad sincera y el trabajo en equipo para superar cualquier obstáculo.

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