El don de la amistad



Había una vez en un pequeño pueblo llamado Villa Esperanza, un hombre llamado Don Alejandro que siempre tenía una gran sonrisa en su rostro.

A pesar de enfrentar desafíos diferentes a los demás, él era muy querido por todos en el pueblo. Desde pequeño, Don Alejandro veía y escuchaba cosas que los demás no podían percibir. A veces, veía elefantes volando en el cielo o escuchaba a los árboles susurrarle secretos al oído.

A pesar de esto, siempre mantuvo la calma y la alegría en su corazón. Un día, llegó al pueblo un nuevo médico llamado Dr. Martínez. Él notó las peculiaridades de Don Alejandro y decidió acercarse a él para conocerlo mejor.

"Hola Don Alejandro, soy el Dr. Martínez. ¿Cómo estás hoy?" -preguntó el doctor con amabilidad. Don Alejandro lo miró con curiosidad y respondió: "¡Hola! Estoy muy bien, gracias por preguntar.

"El doctor se sentó junto a Don Alejandro y comenzaron a charlar sobre las cosas que él veía y escuchaba. "Don Alejandro, ¿alguna vez te han dicho que lo que ves y escuchas no es real?" -preguntó el doctor con gentileza.

Don Alejandro asintió con tristeza:"Sí, muchas personas no entienden mis visiones y piensan que estoy loco. "El Dr. Martínez tomó la mano de Don Alejandro y le dijo con cariño:"Quiero que sepas que eres especial tal como eres.

Lo que ves y escuchas forma parte de tu mundo único y maravilloso. "Estas palabras llenaron el corazón de Don Alejandro de esperanza y alegría. Desde ese día, el doctor se convirtió en su amigo y juntos exploraron las visiones extraordinarias de Don Alejandro.

Un día, mientras paseaban por el bosque cercano al pueblo, Don Alejandro vio un arco iris gigante brillando entre los árboles. "¡Mira Doctor Martínez! ¡Es el arco iris más hermoso que he visto!" -exclamó emocionado.

El doctor miró hacia donde señalaba Don Alejandro pero no lograba ver nada. "Qué maravilla debes estar viendo tú", dijo con admiración. A partir de ese momento, el doctor comprendió la magia que había dentro del mundo de Don Alejandro.

Decidió ayudarlo a compartir sus experiencias creando increíbles pinturas basadas en sus visiones únicas. Pronto, las pinturas de Don Alejandro se volvieron famosas en todo el país.

La gente quedaba maravillada al ver cómo plasmaba su mundo interior en lienzos llenos de color y emoción. Don Alejandro se convirtió en un ejemplo de cómo la creatividad puede surgir incluso en medio de desafíos inesperados.

Su historia inspiradora recorrió cada rincón del país llevando un mensaje poderoso: la diversidad nos hace únicos e increíbles.

Y así fue como Don Alejando encontró fuerza en su esquizofrenia para crear belleza e inspiración a su alrededor, demostrando que nunca hay límites para soñar ni barreras imposibles de superar cuando se tiene amor propio y apoyo verdadero.

FIN.

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