El Don de Lucas
Había una vez en el fondo del mar un lugar mágico llamado Arcoiris Marino, donde todos los peces vivían felices y en armonía.
En este maravilloso lugar, los colores brillaban con intensidad y la alegría se podía sentir en el agua. En Arcoiris Marino vivía Margarita, una pequeña estrella de mar que siempre estaba buscando nuevas aventuras. Un día, mientras exploraba una cueva submarina, Margarita se encontró con un pez muy triste llamado Lucas.
"¿Qué te pasa, Lucas? ¿Por qué estás tan triste?" preguntó Margarita con curiosidad. Lucas suspiró y le contó a Margarita que había perdido su brillo interior porque no lograba encontrar su propósito en la vida.
Había intentado ser como otros peces pero no se sentía feliz siendo alguien que no era. "No te preocupes, Lucas. Todos somos únicos y especiales a nuestra manera", dijo Margarita con dulzura. "Tal vez tu propósito sea diferente al de los demás".
Lucas miró a Margarita con esperanza en sus ojos y decidió seguir su consejo. Comenzó a explorar sus habilidades y descubrió que era un excelente guía para los peces más jóvenes que se perdían en el laberinto de algas del arrecife.
Con el tiempo, Lucas encontró su verdadero propósito: ayudar a los demás y ser un amigo leal para quienes lo necesitaran. Su brillo interior volvió a brillar con fuerza, iluminando el camino de aquellos que se cruzaban en su camino.
La noticia sobre la transformación de Lucas se extendió por todo Arcoiris Marino y pronto todos querían conocer al pez que había encontrado la felicidad siguiendo su corazón.
Desde entonces, Lucas se convirtió en una inspiración para todos los habitantes del fondo del mar, recordándoles que cada uno tiene algo especial que ofrecer al mundo y que la verdadera felicidad viene cuando nos aceptamos tal como somos.
Y así, en el fondo del mar de Arcoiris Marino, reinaba la felicidad gracias a la valentía y determinación de un pequeño pez llamado Lucas, quien descubrió que el mayor tesoro reside dentro de cada uno de nosotros: nuestra autenticidad.
FIN.