El don de Sofía



Sofía era una niña muy curiosa y aventurera que vivía en un pequeño pueblo rodeado de montañas. Desde muy pequeña, le encantaba explorar los bosques cercanos y descubrir nuevos secretos en cada rincón.

Un día, mientras caminaba por el bosque, encontró una cueva misteriosa que nunca antes había visto. Intrigada, Sofía decidió entrar a la cueva para ver qué había dentro.

A medida que avanzaba por los oscuros pasadizos, comenzó a escuchar un suave murmullo que parecía guiarla más adentro. Finalmente, llegó a una gran sala iluminada por cristales brillantes que colgaban del techo. En medio de la sala, se encontraba un anciano sabio con barba blanca y ojos brillantes.

Sofía se acercó con cautela y el anciano le dijo: "Bienvenida, Sofía. Has demostrado ser valiente al llegar hasta aquí". Sofía estaba sorprendida de que el anciano conociera su nombre, pero decidió escuchar lo que tenía para decirle.

"Soy el guardián de este lugar sagrado", continuó el anciano. "Y he estado esperando tu llegada porque tienes un don especial dentro de ti". Sofía no podía creer lo que estaba escuchando y preguntó al anciano cuál era ese don.

"Tú posees la capacidad de ver más allá de lo evidente y encontrar soluciones donde otros solo ven problemas", respondió el anciano con calma.

"Pero para desarrollar completamente ese don, deberás enfrentarte a tres pruebas que pondrán a prueba tu valentía y tu ingenio". La primera prueba consistía en cruzar un puente colgante sobre un abismo profundo sin mirar hacia abajo. La segunda prueba requería resolver un acertijo complicado utilizando solo su astucia y lógica.

Y la tercera prueba implicaba enfrentarse a su mayor miedo en la oscuridad absoluta. Sofía aceptó el desafío con determinación y superó cada una de las pruebas con coraje y creatividad.

Al finalizar la última prueba, el anciano sonrió con orgullo y le dijo: "Has demostrado ser digna de tu don especial, Sofía. Ahora ve al mundo y úsalo sabiamente para ayudar a otros".

Con renovada confianza en sí misma, Sofía regresó a su pueblo llevando consigo la sabiduría del anciano y la certeza de que siempre hay soluciones incluso en los momentos más oscuros.

Desde entonces, se convirtió en una fuente de inspiración para todos los niños del pueblo, enseñándoles a nunca rendirse ante los desafíos y siempre buscar la luz dentro de ellos mismos.

FIN.

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