El dragón amable y el soldado valiente
En un lejano reino, rodeado por un espeso bosque, había un majestuoso castillo habitado por el bondadoso Rey y la amable Reina. Todos los habitantes del reino vivían en armonía y felicidad gracias al buen gobierno de sus gobernantes.
Sin embargo, cerca del castillo, en lo más profundo del bosque, vivía un temible dragón. A diferencia de otros dragones que solían ser malvados y aterradores, este dragón era diferente. Era bueno y pacífico.
Pasaba sus días volando entre los árboles y protegiendo el bosque de cualquier peligro. Un día, una noticia llegó al castillo: un grupo de soldados estaba planeando atacar al dragón para robar su tesoro.
El Rey se preocupó mucho por la seguridad del dragón y decidió tomar cartas en el asunto. El Rey convocó a todos los soldados y les ordenó que dejaran en paz al dragón.
Les recordó que el dragón no era una amenaza para ellos ni para el reino; todo lo contrario, era su protector. Los soldados obedecieron las órdenes del Rey, pero uno de ellos llamado Luis no estaba convencido de que el dragón fuera realmente bueno.
Decidió ir por su cuenta hacia el bosque con la intención de capturar al supuesto "dragón bueno". Mientras tanto, en el bosque, el valiente Luis se encontraba cara a cara con el imponente dragón.
Pero antes de que pudiera hacerle daño, algo sorprendente ocurrió: una pequeña ardilla cayó desde las ramas justo frente a ellos. El Dragón rápidamente extendió sus alas y protegió a la ardilla de cualquier daño, demostrando así su verdadera naturaleza bondadosa.
Luis se dio cuenta de que había juzgado equivocadamente al dragón y se sintió avergonzado. El dragón, en lugar de atacar a Luis, decidió hablar con él: "No soy un monstruo malvado como muchos piensan. Mi misión es cuidar el bosque y a todos los seres que lo habitan".
Luis, impresionado por las palabras del dragón, pidió disculpas por su error y prometió ayudarlo en su labor. Juntos, regresaron al castillo para contarle al Rey lo ocurrido.
El Rey quedó complacido al escuchar la historia y decidió organizar una fiesta en honor al dragón. Todos los habitantes del reino fueron invitados para celebrar la amistad entre el dragón y el soldado.
Desde aquel día, el Reino valoró y respetó aún más la importancia de cuidar el medio ambiente y a todas las criaturas que lo habitaban. El bosque prosperaba bajo la protección del dragón bueno y todos aprendieron a no juzgar por las apariencias.
Y así, gracias a un encuentro inesperado entre un soldado valiente y un dragón pacífico, este reino vivió felizmente bajo la sombra protectora del bosque encantado durante muchos años más.
FIN.