El dragón azul y la estrella fugaz
Había una vez, en un pequeño pueblo escondido entre montañas y ríos, tres hermanos llamados Joaquín, Teresa y Alfonso. Un anochecer, mientras se sentaban frente a la ventana de su acogedora casa, esperaban ver una estrella fugaz para pedir un deseo muy especial: que su querida abuela regresara pronto de su largo viaje. Mientras Teresa y Alfonso buscaban ansiosamente en el cielo, Joaquín, el hermano más soñador, tenía una idea muy diferente en mente. No esperaba ver una estrella fugaz, ¡él esperaba ver un enorme dragón azul con alas verdes que lo llevara volando hasta donde estaba su abuela!
- '¡Miren, miren! ¡Creo que vi algo brillante moverse!' exclamó Teresa, apuntando hacia el cielo estrellado.
- 'Eso debe ser una estrella fugaz. Rápido, pidamos nuestro deseo', dijo Alfonso emocionado.
Joaquín miraba con atención, pero en su mente, la idea del dragón azul aún rondaba. De pronto, algo extraordinario sucedió. Una luz centelleante cruzó el firmamento, dejando un rastro brillante a su paso. Pero lo más asombroso no fue la estrella fugaz, ¡sino lo que apareció detrás de ella! Un majestuoso dragón azul, con brillantes escamas y enormes alas verdes, surcaba los cielos con gracia y poder. Joaquín no podía creer lo que veía.
- '¡Ese es el dragón que esperaba ver!' gritó Joaquín, sin poder contener su emoción.
Teresa y Alfonso se quedaron boquiabiertos ante la asombrosa criatura que brillaba en la oscura noche. Sin embargo, algo inesperado sucedió después. El dragón parecía haber escuchado el deseo de Joaquín, y con un suave aleteo, se acercó a la ventana de la habitación de los hermanos. Sin dudarlo, Joaquín abrió la ventana y el dragón extendió una de sus fuertes garras hacia él.
- '¿Qué haces, Joaquín? ¡Cuidado!' gritó Teresa, preocupada.
- 'Confíen en mí, esto es increíble', respondió Joaquín, sin perder la calma.
Con valentía, Joaquín agarró la garra del dragón y, en un abrir y cerrar de ojos, se vio elevado por los cielos nocturnos junto a la majestuosa criatura. El viento fresco acariciaba su rostro, y las estrellas parecían brillar con más intensidad a su alrededor. El dragón azul lo llevó a través de nubes suaves y brillantes, hasta llegar a un lugar maravilloso lleno de luces y colores. Y allí, en el centro de aquel espectáculo mágico, Joaquín encontró a su abuela, sonriendo y feliz de verlo.
- '¡Abuela, has vuelto!' exclamó Joaquín, con los ojos llenos de lágrimas de felicidad.
La abuela abrazó a Joaquín con ternura, agradeciendo al dragón por traer a su nieto hasta ella. Juntos, disfrutaron de un tiempo maravilloso en ese lugar especial, lleno de risas y cariño. Finalmente, el dragón azul llevó a Joaquín de regreso a casa, donde sus hermanos lo esperaban con incredulidad y alegría.
Desde ese día, los tres hermanos compartieron historias increíbles sobre su viaje con el dragón azul, y cada noche, miraban al cielo con la esperanza de ver una estrella fugaz, recordando que los deseos pueden convertirse en maravillosas aventuras. Y aunque su abuela no había regresado físicamente, Joaquín sabía que su amor y su presencia siempre estarían con ellos.
FIN.