El Dragón Caramelo en la Biblioteca
Era un día soleado en la ciudad de Colortown, un lugar lleno de magia y fascinantes criaturas. En la biblioteca, un lugar donde los libros susurran secretos, el Dragón Caramelo, un amigo especial de todos los niños, entró tímidamente. Su cuerpo relucía con todos los colores de los caramelos y la dulzura que emanaba era irresistible.
- ¡Hola! - saludó con su voz profunda y suave mientras los niños lo rodeaban. - Soy el Dragón Caramelo y vengo a aprender sobre cuentos y aventuras.
Los niños se emocionaron al verlo y rápidamente lo invitaron a unirse a ellos en el rincón de lectura.
- Vamos a leer sobre grandes héroes y sus valientes hazañas - dijo Sofía, una niña de trenzas largas y ojos curiosos.
El dragón se acomodó entre los pequeños, y juntos empezaron a leer historias de caballeros, princesas y criaturas fantásticas. Pero mientras leían, se dieron cuenta de que la biblioteca estaba un poco desordenada.
- ¡Miren! - exclamó Lucas, un niño con gafas - hay muchos libros por el suelo y los cuentos se están perdiendo.
- Tiene razón - dijo el Dragón Caramelo, con un guiño - ¡podríamos convertirnos en los guardianes de las historias!
Los niños se miraron emocionados.
- ¿Qué te gustaría hacer, Dragón Caramelo? - preguntó Valentina.
El dragón respiró hondo, dejando escapar un suave aroma a algodón de azúcar.
- Primero, organicemos los libros - sugirió. - ¡Así será más fácil encontrar nuestras historias favoritas!
Los niños asintieron y, con la ayuda del Dragón Caramelo, comenzaron a recoger los libros.
- ¡Esto es divertido! - gritó Sofía mientras colocaba un libro sobre magia en la estantería. - Con tantos relatos, podemos inventar uno nuevo.
- ¿Qué tal si hacemos una historia sobre un dragón que ayuda a los niños? - propuso Lucas.
El Dragón Caramelo sonrió, sintiéndose lleno de alegría.
- ¡Me encanta! - exclamó. - Yo seré el dragón de la historia, y ustedes serán mis amigos valientes. ¡Podemos enfrentarnos juntos a un gran desafío!
Con entusiasmo, los niños comenzaron a escribir su aventura. Pero de repente, notaron que un libro antiguo, polvoriento y lleno de telarañas, estaba abierto en una mesa.
- ¡Eh! - dijo Valentina, acercándose al libro - ese parece interesante.
Cuando lo abrieron, una luz brillante salió despedida, y de repente, una historia cobró vida. La biblioteca se llenó de personajes de cuentos: caballeros, hadas y hasta un monstruo de papel.
- ¡Esto es increíble! - gritó Lucas. - Pero... no podemos dejar que se salgan de control.
El Dragón Caramelo, que siempre había sido dulce y amable, entendió la situación.
- ¡Marchemos con el plan! - ordenó. - Debemos traer a estos personajes de vuelta a su historia.
Los niños siguieron las indicaciones del Dragón Caramelo, utilizando su imaginación para contarles a los personajes de cuentos cómo debían volver a sus páginas. Uno por uno, los personajes regresaron, mientras la biblioteca se llenaba de risas y también de un poco de desorden.
- ¡Lo logramos! - exclamó Sofía, cuando la última hada volvió a su libro.
- Pero ahora la biblioteca necesita un poco de cariño - dijo el Dragón Caramelo, viendo que aún había algunos libros tirados.
Esta vez, no solo organizaron los libros, sino que también crearon carteles coloridos para que otros niños supieran cómo cuidar de la biblioteca.
- Todos los libros son importantes. Cada uno de ellos tiene una historia que contar - decía Valentina al colocar un cartel que decía 'Cuidemos juntos nuestras historias'.
Al final del día, los niños habían aprendido la importancia de la amistad, el trabajo en equipo y el valor de cuidar de un lugar tan especial como la biblioteca.
- ¡Gracias, Dragón Caramelo! - dijeron todos al unísono.
- La aventura no termina aquí - dijo el Dragón, sonriendo - siempre que hayamos un libro, ¡nunca dejaremos de explorar nuevas historias! “
Y con eso, el Dragón Caramelo se despidió prometiendo volver pronto, dejando a los niños con el corazón lleno de dulzura y la cabeza llena de aventuras.
Así, en la ciudad de Colortown, cada día se convertía en una nueva historia por contar, gracias al Dragón Caramelo y a sus nuevos amigos de la biblioteca.
FIN.