El Dragón de Roma
Era una vez, en una colorida y antigua ciudad llamada Roma, donde la historia y la magia se entrelazaban. En esta ciudad vivía un niño llamado Luca, que siempre había soñado con tener aventuras extraordinarias.
Un día, mientras exploraba su vecindario, Luca se topó con una misteriosa casa. Era una casa peculiar, con un letrero que decía 'Casa de los Sueños'. Sin pensarlo dos veces, decidió entrar. La puerta chirrió al abrirse, y en su interior, encontró un enorme dragón de escamas brillantes y ojos resplandecientes.
- “¡Hola, pequeño humano! ” - dijo el dragón con una voz profunda pero amigable.- “Me llamo Draco, y estoy aquí para ayudarte a cumplir tus sueños.”
Luca, sorprendido pero emocionado, le preguntó:
- “¿Puedes ayudarme a tener una aventura como las de los cuentos? ”
- “¡Por supuesto! ” - respondió Draco.- “Pero primero, debes enseñarme algo también. En mi mundo, el conocimiento es tan importante como el fuego que lanzo.”
Intrigado, Luca aceptó. En su tiempo juntos, aprenderían el uno del otro. Luca le enseñó sobre la historia de Roma, los grandes emperadores y la famosa Coliseo.
- “¿Y tú qué me enseñarás, Draco? ” - inquirió el niño.
Draco sonrió y respondió:
- “Te enseñaré a volar en mis alas, a mirar el mundo desde lo alto y a descubrir la belleza de las ciudades.”
Así que, un día, Draco llevó a Luca a volar. Se elevaron sobre Roma, y con cada giro en el aire, Luca observaba cómo la ciudad se extendía como un enorme mapa a continuación. Vieron el río Tiber brillar al sol, y las cúpulas de las iglesias resplandecer.
- “¡Es hermoso! ” - gritó Luca, lleno de alegría.
- “Pero eso no es todo lo que hay que ver. También hay que cuidar de la ciudad y de sus habitantes. Vamos a ayudarles.” - dijo Draco.
Sorprendido, Luca preguntó:
- “¿Cómo podemos hacerlo? ”
Draco lo llevó a una plaza donde muchos niños se habían reunido, tristes porque su parque favorito estaba cubierto de basura.
- “¡Usemos nuestras habilidades! ” - propuso Luca, y Draco asintió.
Juntos, comenzaron a recoger la basura. Luca volaba sobre el parque y recogía los papeles, mientras Draco, con su gran tamaño, ayudaba a mover los escombros. Pronto, los niños se unieron a ellos, contagiados por la energía de sus nuevos amigos.
- “¡Esto es divertido! ” - exclamó un niño.
- “¡Sí! ¡Limpiaremos todo Roma! ” - gritó otro. Así, a medida que limpiaban, Luca y Draco compartían historias y risas con los niños.
Días después, Roma resplandecía. El parque estaba limpio y todos disfrutaban del sol y los colores. Luca y Draco se sentaban en una colina observando el paisaje.
- “Hicimos un buen trabajo”, dijo Luca satisfecho.
- “Sin duda. Pero recuerda, un verdadero héroe no solo busca aventuras, también ayuda a su comunidad. La magia está en servir a los demás.” - respondió Draco, lleno de sabiduría.
Desde aquel día, Luca se convirtió en el héroe de su barrio, incentivando a sus amigos a cuidar Roma.
Draco, por su parte, prometió regresar siempre que Luca lo llamara con sus sueños. Y así, siguieron teniendo aventuras, aprendiendo y creciendo juntos, convirtiendo cada día en una nueva historia llena de magia y amistad.
Y colorín colorado, este cuento se ha acabado.
FIN.