El dragón del castillo mágico

En un reino encantado, existía un castillo mágico custodiado por un amistoso dragón llamado Fuego. Fuego era diferente a los demás dragones, en lugar de escupir fuego, él exhalaba burbujas de colores brillantes.

Fuego vivía en armonía con los habitantes del castillo, quienes lo adoraban por su naturaleza protectora. Un día, una malvada bruja intentó apoderarse del castillo utilizando su magia oscura. Los habitantes, asustados, buscaron a Fuego para pedir su ayuda.

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'Fuego, necesitamos tu valentía y tus burbujas mágicas para enfrentar a la bruja', suplicó la princesa Mariana. Sin dudarlo, Fuego se puso en marcha para enfrentar el mal que acechaba el castillo. La bruja desató su poder oscuro, creando una densa niebla que envolvía el castillo.

Fuego, valientemente, sopló burbujas de todos los colores, disipando la niebla y revelando la luz brillante del sol. La bruja, sorprendida por la pureza de las burbujas mágicas, se vio obligada a retirarse.

El castillo y sus habitantes estaban a salvo una vez más. Desde entonces, Fuego fue venerado como el héroe del castillo mágico, demostrando que la bondad y el amor pueden vencer a cualquier mal.

Y así, el dragón Fuego continuó protegiendo el castillo y esparciendo su magia por todo el reino.