El Dragón, el Príncipe y la Brújula del Corazón



Había una vez, en un lejano reino, un Príncipe llamado Fernando que montaba un hermoso caballo blanco llamado Estrella. Fernando era conocido en todo el reino por su gran valentía y su corazón noble. Vivía en un magnífico castillo rodeado de bellos jardines y un lago brillante donde los cisnes nadaban alegremente. Sin embargo, a pesar de tenerlo todo, a veces se sentía solo.

Un día, mientras paseaba por el bosque cercano, escuchó un fuerte rugido. Curioso y temeroso al mismo tiempo, se acercó y encontró a un Dragón inmenso atrapado en una red. El Dragón, que tenía escamas verdes relucientes y ojos ambarinos, parecía angustiado.

"¡Ayuda, caballero!" - gritó el Dragón con voz temblante. "Fui atrapado por una malvada bruja que quiere usarme para sus fechorías. No soy malo, sólo quiero ser libre."

Fernando sintió compasión por el Dragón. Sin pensarlo dos veces, desenrolló la red con su espada y lo liberó.

"Gracias, amable Príncipe. Mi nombre es Drago. Te prometo que te ayudaré en todo lo que pueda" - dijo el Dragón, mirando a Fernando con gratitud.

Fernando y Drago se hicieron grandes amigos. Juntos exploraron el reino y compartieron aventuras. Sin embargo, un día el Príncipe y su amigo se dieron cuenta de que la malvada bruja, llamada Morfina, había empezado a causar estragos. Ella había lanzado un hechizo sobre el hermoso lago, convirtiéndolo en un pantano oscuro.

"¡Debemos detener a Morfina!" - exclamó Fernando decidido. "No podemos permitir que arruine nuestra tierra."

Drago asintió. "Sí, pero necesitamos la ayuda de un mago sabio que vive en la cima de la Montaña Brillante. Él conoce formas de derrotar a la bruja."

Así que, juntos, emprendieron un viaje hacia la montaña. En el camino, se encontraron con muchos desafíos, pero siempre se apoyaron mutuamente. Un día, se encontraron con una gran storm que intentó separarlos.

"¡No dejemos que el viento nos separe!" - gritó Fernando, aferrándose a la crin de Estrella. "¡Juntos somos más fuertes!"

Por fin, llegaron a la cima de la montaña y encontraron al Mago Alberto, un anciano de largo cabello blanco y ojos sabios.

"¿Qué os trae a mí?" - preguntó Alberto con voz profunda. "¿Buscáis conocer sobre magia?"

Fernando contó su historia y el mago sonrió. "Para vencer a Morfina, necesitarán el poder del amor verdadero. Deben encontrar la Brújula del Corazón, un artefacto perdido que guía a su portador hacia lo que más ama."

"¿Y cómo la encontramos?" - preguntó Drago.

"Se encuentra en el bosque encantado, pero solo los de noble corazón pueden descubrirla. Deben ser valientes y honestos."

Entonces, Fernando y Drago emprendieron una nueva caminata hacia el bosque encantado. Pasaron por ríos brillantes y árboles danzantes, y finalmente, encontraron la Brújula del Corazón. Era una hermosa brújula dorada que brillaba intensamente.

"Ahora volvamos a enfrentar a Morfina," dijo Fernando, su amor por el reino ardiendo en su corazón.

De regreso al castillo, se enfrentaron a la malvada bruja. Morfina lanzó hechizos oscuros hacia ellos, pero con la Brújula en mano y el coraje en el corazón, Fernando y Drago lograron desviar la maldad.

"¿Qué es esto?" - gritó Morfina, mientras la luz de la Brújula brillaba intensamente. "No pueden vencerme."

"Tu maldad no tiene lugar aquí, Morfina. El amor y la amistad siempre prevalecerán" - afirmó el Príncipe.

De repente, la Brújula emitió una luz brillante que envolvió a Morfina. En un instante, la bruja se vio atrapada en una burbuja de luz.

"¡No puede ser!" - exclamó, mientras se desvanecía. "Malditos!"

Fernando, Drago y Estrella miraron cómo la maldad se disipaba por completo. El lago volvió a brillar con su belleza anterior y el reino, a salvo una vez más.

"Hicimos un gran trabajo, amigo" - dijo Fernando, abrazando a Drago. "Gracias por estar a mi lado."

En señal de su amistad, Fernando decidió organizar una gran boda en el castillo. Todo el reino fue invitado y en la celebración, cada uno mostró que el amor verdadero y la amistad son los mayores poderes que uno puede tener.

Desde ese día, el Príncipe y su Dragón viajaron juntos, viviendo muchas más aventuras, siempre recordando que la bondad y el amor pueden vencer hasta la más malvada de las brujas.

FIN.

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