El Dragón Estrella y el Poder de la Amistad
Era una vez en un mágico bosque, un dragón llamado Estrella. No era un dragón cualquiera, tenía patas de perro y un brillo especial en sus escamas que hacía recordar a las estrellas del cielo. Estrella pasaba sus días jugando con los duendes del bosque, quienes eran sus grandes amigos. Sin embargo, había un problema: un malvado gigante llamado Rugido, que siempre trataba de arruinar la diversión.
"¡Siempre arruinas nuestra fiesta, Rugido!" - gritó uno de los duendes, enrojeciendo de rabia.
"¡Déjenme divertirme!" - respondió Rugido, mientras movía su enorme pie, haciendo temblar el suelo.
Una tarde, mientras el duende Rayo y Estrella jugaban a las escondidas, el gigante apareció de nuevo con un plan para robar todas las risas del bosque. Decidió que, si podía asustar al dragón Estrella, todos dejarían de jugar y se esconderían por siempre. Así que Rugido comenzó a gritar.
"¡Soy el gigante más temible, y nadie puede detenerme!" - bramó Rugido.
Pero Estrella no se asustó.
"No tienes por qué gritar, Rugido. Todos hemos tenido días difíciles. ¿Por qué no te unes a nosotros en lugar de asustarnos?" - dijo con una dulzura inusual en su voz.
"¡Ja! ¿Unirme a ustedes? ¡Nunca!" - rugió Rugido, aunque por dentro sentía un leve cosquilleo de curiosidad.
Pasaron los días y Rugido continuó intentando asustar a Estrella y los demás duendes, pero sus intentos fallaron. A veces, ese gigantesco rugido resonaba incluso más que en otras ocasiones. Sin embargo, a pesar de sus esfuerzos, nunca logró arruinar la diversión.
Una noche, mientras miraban las estrellas desde un claro del bosque, Estrella decidió hacer algo especial.
"Voy a invitar a Rugido a nuestra próxima fiesta. Tal vez solo necesite un poco de amistad."
"¡Eso es una locura, Estrella!" - exclamó Rayo, temeroso.
"No lo es, amigo. La amistad puede romper las barreras más grandes."
Así que, con su valor a cuestas, Estrella voló hacia la cueva de Rugido y le dijo:
"¡Hola, Rugido! Estamos organizando una fiesta y queremos que vengas!"
"¿Yo…? ¿A una fiesta?" - se sorprendió Rugido.
Después de un momento de duda, Rugido decidió ir. Se vestía con hojas para parecer más amigable, pero aún así lucía muy imponente. A pesar de su aspecto, en el fondo estaba nervioso.
La noche de la fiesta, todos estaban emocionados. Pero en el último minuto, Rugido se detuvo.
"¿Y si no los divierto?" - pensó, sintiéndose inseguro.
Sin embargo, cuando se acercó al lugar de la fiesta, todos lo recibieron cálidamente.
"¡Bienvenido, Rugido!" - gritó Estrella, sonriendo. "Ven, ¡vamos a jugar!"
Rugido se sintió abrumado por la calidez y la alegría. Pronto se dio cuenta de que no tenía que ser el gigante más temible; podía ser él mismo. Al final de la noche, La risa llena el aire, y todos se divertían juntos, incluyendo a Rugido, quien ahora se sentía como parte de la familia.
Desde entonces, el bosque nunca volvió a ser lo mismo. Rugido se convirtió en el mejor amigo de Estrella y ayudaba a organizar juegos y actividades.
"¿Ves, Rayo? La amistad es más poderosa que cualquier miedo o rencor." dijo Estrella.
"Tenés razón, Estrella. Gracias por no rendirte. Todos merecemos una segunda oportunidad.”
Y así, el Dragón Estrella y el gigante Rugido se unieron para cuidar del bosque, demostrando que lo que importa es la bondad en el corazón y el poder de la amistad.
Y colorín colorado, este cuento se ha acabado. ¡Recuerda siempre que la amistad puede hacer magia en tu vida!
FIN.