El Dragón Gigante que No Quería Cambiar


En un valle rodeado de montañas, vivía un magnífico dragón gigante llamado Aarón. A diferencia de otros dragones, Aarón no quería cambiar su forma de ser. Él disfrutaba de su soledad, de su inmensa cueva y de su tesoro.

El resto de los habitantes del valle, sin embargo, tenían miedo de él y lo veían como una amenaza.

Un día, los habitantes del valle enviaron a un joven valiente llamado Mateo a hablar con Aarón.

-¡Por favor, Aarón, ayúdanos a salvar nuestro valle! -le suplicó Mateo. Pero Aarón se negó. -No quiero cambiar. Soy un dragón y así es como soy. Pero Mateo no se rindió y le propuso un trato a Aarón.

Si él ayudaba al valle a solucionar un problema, los habitantes le dejarían en paz. Aarón, intrigado, aceptó el desafío. Resulta que un grupo de duendes malvados estaban causando estragos en el valle, y Aarón era el único capaz de detenerlos.

Después de una emocionante batalla, Aarón logró ahuyentar a los duendes y salvar el valle. Los habitantes, agradecidos, cumplieron su parte del trato y dejaron en paz a Aarón.

A raíz de esta experiencia, el dragón gigante aprendió que, aunque no quería cambiar su forma de ser, podía usar sus habilidades para hacer el bien y proteger a los demás. Desde ese día, Aarón se convirtió en el guardián del valle, protegiendo a todos sus habitantes con valentía y lealtad.

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