El Dragón Guardián y el Niño de Fuego
En lo profundo de un bosque mágico, vivía un enorme dragón llamado Aukan, cuya misión era proteger la casa de una familia muy especial. En aquella casa, todos los muebles, cortinas y paredes eran de un color rojo brillante.
Esto se debía a que los dueños de la casa, los señores Martínez, tenían un hijo muy peculiar. Juanito, el niño de la familia, era de un color rojo intenso, como si tuviera fuego corriendo por sus venas.
Aukan adoraba a la familia Martínez y siempre estaba atento a cualquier peligro que pudiera surgir. Un día, mientras Aukan estaba en el jardín, escuchó unos ruidos extraños provenientes del bosque.
Al acercarse, descubrió a un grupo de cazadores furtivos que se dirigían hacia la casa de los Martínez. Sin dudarlo ni un segundo, Aukan exhaló una gran llamarada que asustó a los cazadores y los hizo huir lejos. -“¡Gracias, Aukan! ”, exclamó Juanito, abrazando al dragón.
Aukan sonrió y le explicó a Juanito que, a pesar de sus diferencias, todos merecían respeto y protección. Juanito asintió y prometió ayudar a Aukan a cambio de su valiente protección. Juntos, idearon un plan para mantener a salvo su hogar.
Aukan le enseñó a Juanito el valor de la amistad y la importancia de trabajar en equipo. Los dos pronto se convirtieron en una dupla inseparable, protegiendo no solo su hogar, sino también a todo aquel que necesitara ayuda.
Con el tiempo, la extraordinaria amistad entre un niño de fuego y un dragón guardián se convirtió en una leyenda que inspiraba a todos en el bosque mágico.
FIN.