El Dragón Invisible
En un reino mágico, vivía un pequeño dragón llamado Pepi. A pesar de poseer escamas relucientes y alas brillantes, Pepi se sentía invisible.
Los demás habitantes del reino nunca parecían notarlo, y cuando intentaba hablar con ellos, lo ignoraban como si fuera un simple soplo de viento. Esto entristecía mucho a Pepi, quien anhelaba tener amigos con los que conversar y jugar. Un día, mientras deambulaba por la playa, escuchó una suave voz que lo llamaba.
Para su sorpresa, se encontró con la hermosa dragona Luna. -¡Hola! ¿Cómo te llamas? -preguntó curiosa Luna. Pepi, emocionado por haber encontrado a alguien que por fin lo veía, le contó todo sobre su soledad. Luna escuchó atentamente, empatizando con la tristeza de Pepi.
-Sé cómo te sientes. A veces también me he sentido invisible, pero ahora que nos hemos encontrado, ya no estarás solo. Desde ese día, Pepi y Luna se convirtieron en grandes amigos.
Juntos exploraron el reino, volaron por el cielo y rieron sin parar. Pepi ya no se sentía invisible, porque tenía a Luna, quien le recordaba que siempre hay alguien especial que nos ve tal como somos.
La amistad de Pepi y Luna demostraba que, aunque a veces nos sintamos invisibles, siempre hay un amigo dispuesto a acompañarnos y alegrarnos el corazón.
FIN.