El dragón mágico y los pájaros encantados
Había una vez un pequeño dragón llamado Lila que vivía en lo alto de una torre rodeada de hermosas flores.
Lila era diferente a los demás dragones, su piel era de un vibrante color lila y tenía grandes alas rosadas. Un día, mientras exploraba el bosque cercano a la torre, Lila encontró un antiguo libro mágico. Sin pensarlo dos veces, decidió abrirlo y descubrió un hechizo especial que le permitiría hablar con los pájaros.
Llena de emoción, Lila regresó a su torre y pronunció el hechizo en voz alta. De repente, todas las aves que volaban alrededor se detuvieron y comenzaron a hablarle. - ¡Hola, Lila! -dijo el pájaro azul con entusiasmo-.
¿Cómo estás hoy? - ¡Hola! -respondió emocionada Lila-. Estoy muy bien, gracias por preguntar. ¿Y ustedes? Los pájaros le contaron historias fascinantes sobre sus viajes por el mundo y compartieron consejos sobre cómo cuidar las flores del jardín de la torre.
A medida que pasaban los días, la amistad entre Lila y los pájaros crecía cada vez más fuerte. Juntos construyeron nidos para las aves en los árboles cercanos y arreglaron las ramas rotas después de una tormenta.
Sin embargo, no todo era perfecto. Un día llegó al bosque un cazador furtivo decidido a atrapar a los hermosos pájaros para venderlos como mascotas exóticas. Lila, llena de valentía y determinación, decidió enfrentar al cazador para proteger a sus amigos.
Voló rápidamente hacia él y lo rodeó con su fuego lila. - ¡Detente! -gritó Lila-. Estos pájaros son mis amigos y no permitiré que les hagas daño.
El cazador se sorprendió por la aparición del pequeño dragón y rápidamente abandonó su malvado plan. A partir de ese momento, el bosque estuvo seguro para las aves gracias a la valentía de Lila. Agradecidos por su amistad y protección, los pájaros decidieron hacerle un regalo especial a Lila.
Juntos realizaron un hermoso hechizo mágico que transformó las flores de la torre en flores brillantes y multicolores. La noticia sobre el dragón lila y su torre mágica se extendió rápidamente por todo el reino.
Los niños venían desde lejos solo para ver las increíbles flores que crecían allí. Lila se dio cuenta de que había encontrado su propósito en la vida: alegrar el mundo con su magia y amistad.
Desde entonces, continuó cuidando el bosque, hablando con los pájaros y compartiendo sonrisas con todos aquellos que visitaban su torre mágica. Y así, Dragón Lila vivió felizmente rodeada de flores coloridas mientras seguía aprendiendo nuevas lecciones cada día junto a sus queridos amigos emplumados.
FIN.