El Dragón Nieve y la Bruja del Bosque


Había una vez en un lejano reino de montañas nevadas, un pequeño dragón llamado Nieve. A diferencia de otros dragones, Nieve no escupía fuego, sino que lanzaba hermosos copos de nieve con su aliento helado.

Esto lo convertía en el Dragón de Hielo más especial y único de todo el reino. Un día, mientras volaba por los picos nevados, Nieve vio a un grupo de niños jugando en el bosque.

Se acercó sigilosamente para observarlos y escuchó que estaban tristes porque el invierno era muy frío y no tenían suficiente abrigo para mantenerse calientes. "¡Qué pena me da ver a estos niños tan tristes por el frío!" pensó Nieve.

Decidió entonces usar su aliento helado para crear abrigos mágicos hechos de hielo y nieve para cada uno de los niños. Los niños se sorprendieron al ver a Nieve acercarse a ellos, pero pronto se dieron cuenta de que no quería hacerles daño.

Con mucho cuidado, les entregó los abrigos mágicos que los envolvieron en calor y comodidad. "¡Ohhh! ¡Qué maravilla es este abrigo mágico! ¡Ahora ya no tenemos frío!" exclamaron los niños emocionados.

Desde ese día, Nieve visitaba regularmente a los niños del pueblo para asegurarse de que estuvieran abrigados durante el invierno. Juntos jugaron en la nieve, construyeron muñecos de nieve y compartieron momentos llenos de alegría y diversión.

Pero un día, una malvada bruja del bosque decidió robar la magia de Nieve para sí misma. Utilizando sus oscuros poderes, capturó al pequeño dragón y lo encerró en una jaula mágica donde su aliento helado no podía escapar.

Los niños del pueblo se enteraron rápidamente del secuestro de su amigo dragón e idearon un plan para rescatarlo. Con valentía y astucia lograron infiltrarse en la guarida de la bruja y liberar a Nieve.

"¡Gracias por salvarme! No sé cómo podría haber escapado sin su ayuda", expresó Nieve emocionado mientras abrazaba a los valientes niños. Juntos derrotaron a la malvada bruja y devolvieron la paz al reino nevado.

Desde ese día, todos aprendieron una gran lección: la importancia de la amistad, la solidaridad y el valor frente a las adversidades. Nieve continuó protegiendo a los niños del pueblo con sus abrigos mágicos durante muchos inviernos más, creando recuerdos inolvidables que perdurarían por siempre en sus corazones.

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