El Dragón que Protege el Bosque Encantado
Había una vez, en un lejano reino, un hada llamada Luna. Luna era conocida por su gran sabiduría y su habilidad para solucionar problemas con su magia.
En ese mismo reino vivían también una reina, un rey, una princesa y un mago. Un día, el bosque encantado que rodeaba el castillo se vio amenazado por la presencia de un feroz dragón.
Este dragón había estado causando estragos en las aldeas cercanas y aterrorizando a los habitantes del reino. La gente estaba asustada y no sabía qué hacer. La noticia llegó a oídos de la reina, quien decidió convocar a Luna para que ayudara a resolver este problema tan grave.
El mago también fue invitado a la reunión ya que tenía conocimientos sobre criaturas mágicas. Cuando todos estuvieron reunidos en el salón del trono, la princesa sugirió: "Quizás podríamos enfrentar al dragón con espadas y lanzas".
Sin embargo, el mago explicó que eso solo empeoraría las cosas, ya que los dragones eran muy poderosos y podían resistir cualquier ataque físico. Luna pensó profundamente durante unos minutos y luego dijo: "Creo que tenemos que encontrar otra forma de enfrentar al dragón.
Los dragones son seres inteligentes; tal vez podamos razonar con él". El plan era arriesgado pero decidieron intentarlo. La princesa se disfrazó como campesina y fue hasta donde estaba el dragón en el bosque encantado.
Al acercarse lentamente al monstruo escamoso, ella habló en voz baja: "Hola, señor dragón. ¿Podríamos hablar un momento?". El dragón, sorprendido por la valentía de la princesa y su disposición a dialogar, accedió a conversar.
La princesa explicó cómo el dragón estaba asustando a las personas y dañando sus hogares. Le mostró que no tenía razones para temerles y que todos podrían vivir en armonía. El dragón escuchó atentamente y se dio cuenta de que había estado actuando mal.
Él mismo se sentía solo y quería ser aceptado por el reino. El miedo lo había llevado a comportarse de manera agresiva.
La princesa propuso una solución: "¿Qué tal si te unes a nosotros? Podrías proteger el bosque encantado en lugar de atacarlo". El dragón pensó por un momento y finalmente aceptó la oferta. La noticia de que el temible dragón ahora era amigo del reino se extendió rápidamente.
Las aldeas cercanas dejaron de tener miedo y comenzaron a visitar el bosque encantado para admirar al majestuoso dragón. El rey y la reina estaban muy orgullosos de su hija, quien demostró sabiduría e inteligencia al encontrar una solución pacífica al problema. Luna también fue aplaudida por su consejo sabio.
Desde ese día, el reino vivió en paz con el dragón como protector del bosque encantado.
Todos aprendieron una valiosa lección sobre cómo resolver problemas sin recurrir a la violencia, entendiendo que muchas veces los conflictos pueden resolverse con diálogo y comprensión. Y así, con la unión de un hada, un mago, una reina, un rey, una princesa y un dragón, el reino vivió felizmente para siempre.
FIN.