El Dragón Rojo y su Poder Especial
Había una vez en un lejano reino, un pequeño dragón llamado Rojo. A diferencia de los demás dragones, Rojo no era tan grande ni tenía escamas brillantes. Él se sentía triste y desanimado por ser diferente.
Un día, mientras volaba cerca del bosque encantado, Rojo se encontró con una pequeña mariposa de colores brillantes. La mariposa parecía feliz y contenta mientras revoloteaba entre las flores.
- ¡Hola! - exclamó la mariposa -, ¿Por qué tienes esa cara triste? - Soy diferente a los demás dragones - respondió Rojo con voz apagada-. No soy tan grande ni tengo escamas brillantes como ellos.
La mariposa sonrió amablemente y dijo:- ¡No importa cómo te veas por fuera! Lo que realmente importa es lo que hay dentro de ti. Tú eres especial de tu propia manera. Rojo miró a la mariposa sorprendido por sus palabras y decidió creer en sí mismo.
Desde ese momento, decidió embarcarse en una aventura para descubrir su verdadero potencial. Mientras viajaba por el reino, Rojo encontró a diferentes animales que necesitaban ayuda. Un conejito perdido en el bosque, un pájaro herido sin poder volar y un ratoncito atrapado en una telaraña.
Rojo utilizó su fuerza para liberar al ratoncito atrapado, usó su aliento de fuego para calentar al pájaro herido y guió al conejito perdido hasta encontrar su camino de regreso a casa.
Con cada acto bondadoso, Rojo se sentía más feliz y seguro de sí mismo. Un día, mientras volaba sobre el reino, Rojo escuchó gritos de auxilio provenientes de un pueblo cercano.
Rápidamente se dirigió hacia allí y encontró a los aldeanos en peligro debido a un incendio forestal. Sin pensarlo dos veces, Rojo utilizó su aliento de fuego para apagar las llamas y salvar a todos los habitantes del pueblo.
Los aldeanos quedaron asombrados por las habilidades únicas de Rojo y le dieron las gracias por su valentía. Desde ese día, el pequeño dragón Rojo fue considerado un héroe en todo el reino. Todos apreciaban sus habilidades especiales y reconocían que no era necesario ser como los demás para ser importante.
Rojo se dio cuenta de que la verdadera belleza radicaba en su bondad y valentía.
Aprendió que no importa cómo te veas o cuán diferente seas, lo único que realmente importa es cómo tratas a los demás y cómo usas tus habilidades para hacer el bien. Y así, Dragón rojo vivió felizmente en el reino, inspirando a otros con su historia de superación personal. Recordándoles siempre que cada uno tiene algo único dentro de sí mismos esperando ser descubierto.
FIN.