El Dragón Valiente y la Luz Interior

Había una vez en un majestuoso valle, un dragón llamado Aldar que vivía en una cueva profunda. A pesar de ser imponente y formidable, Aldar tenía un gran temor: le tenía pavor a la oscuridad.

Cada noche, cuando el sol se ocultaba, Aldar se escondía en lo más profundo de su cueva, temblando de miedo. Sus amigos, el zorro y el búho, lo animaban a salir, pero Aldar no podía vencer su temor.

Un día, cansado de vivir atemorizado, decidió buscar una solución. Consultó al sabio del bosque, quien le sugirió que buscara la luz en su interior. Aldar no entendía cómo la luz podía estar dentro de él, pero decidió emprender un viaje para descubrirlo.

Durante su travesía, conoció a una luciérnaga llamada Lila, quien irradiaba una luz fascinante. Lila le explicó que la verdadera luz venía del valor y la determinación. Juntos, emprendieron un recorrido por lugares oscuros, donde Aldar aprendió a iluminar su camino con coraje.

Finalmente, regresó a su cueva, y con su luz interior, enfrentó su temor a la oscuridad. Desde entonces, Aldar se convirtió en un ejemplo de valentía para todos los habitantes del valle.