El dragón y el cocodrilo



En una soleada selva vivía un majestuoso dragón llamado Dante. Dante era amigo de todos los animales del bosque, excepto de Cacho, el gruñón cocodrilo que habitaba en el río cercano.

La razón de su enemistad se remontaba a años atrás, cuando un malentendido los separó. Un día, una terrible sequía azotó la selva y los animales empezaron a sufrir, incluyendo a Dante, cuyo alimento principal eran las frutas que escaseaban.

Desesperado, decidió acercarse al río en busca de una solución.

Al llegar al río, se encontró con Cacho, quien gruñó al verlo. - ¿Qué haces aquí, dragón? -preguntó con desconfianza. -Necesito tu ayuda, amigo cocodrilo. La sequía nos está afectando a todos y creo que juntos podemos encontrar una solución.

Cacho lo miró sorprendido, nunca esperó esas palabras de Dante. A regañadientes, accedió a escucharlo.

Dante le explicó su plan para desviar un arroyo cercano hacia la selva, creando así un nuevo lugar para que todos los animales consiguieran agua y alimento.

A pesar de sus reticencias iniciales, Cacho se sintió conmovido por la determinación de Dante y aceptó colaborar. Trabajaron juntos día y noche, sorteando obstáculos y formando una inesperada amistad.

Finalmente, lograron desviar el arroyo y devolver la vida a la selva. Los animales celebraron con alegría y reconocieron el esfuerzo de los dos valientes amigos.

Dante y Cacho comprendieron que, a pesar de sus diferencias, podían lograr grandes cosas trabajando juntos.

Desde ese día, el dragón y el cocodrilo se convirtieron en inseparables amigos, enseñando a todos que la verdadera amistad no conoce de especies ni de prejuicios.

FIN.

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