El Dragón y el Valor del Amor



Érase una vez en un pueblo vibrante y colorido, un grupo de amigos inseparables: Emiliano, Mía, María, Ana, Jerónimo, Danna, Sol, Ricardo, Emiliana, Ariana, Juan y Guadalupe. Eran conocidos no solo por su amistad, sino también por su enorme valentía y bondad.

Un día, mientras exploraban un frondoso bosque, se encontraron en el camino con un anciano sabio. Él les advirtió:

"Queridos niños, un dragón feroz ha aparecido en la montaña. Su objetivo es robarse el valor del amor que tienen en sus corazones. Si lo logra, el mundo se llenará de tristeza. Deben detenerlo."

Los amigos, emocionados y preocupados, discutieron sobre lo que debían hacer. Emiliano, el más valiente, se levantó y dijo:

"No podemos dejar que el dragón se apodere de ese hermoso sentimiento. ¡Vamos a enfrentarlo juntos!"

Así que, armados con su valor y un mapa que les dio el anciano, comenzaron su viaje hacia la montaña. Durante el camino, se encontraron con varios obstáculos. Vieron un río lleno de piedras resbaladizas.

"¿Cómo cruza vamos?" preguntó Guadalupe.

"Podemos ayudarnos unos a otros. La amistad es nuestro mayor poder," dijo Danna.

Así lo hicieron, formando una cadena de manos y cruzando el río con cuidado. Al llegar a la base de la montaña, se encontraron con un oscuro túnel.

"Debemos avanzar, pero con cuidado," sugirió Sol.

"Yo tengo una linterna," dijo Juan, sacando una de su mochila.

Prendieron la linterna y entraron al túnel. Pero lo que no sabían era que el dragón estaba esperando en la otra sala. Cuando entraron, el dragón despertó de su profundo sueño y, con su gran voz retumbante, dijo:

"¿Qué hacen aquí, pequeños intrusos? ¡El amor no es más que una debilidad!"

"¡No es debilidad!" gritó Mía, con valentía. "El amor es la fuerza que nos une y nos hace fuertes. Nunca dejaré que lo robes!"

El dragón, sorprendido por la determinación de la niña, respondió:

"¿De verdad crees que pueden detenerme?"

Ana, quien siempre había defendido el amor y la unidad, dio un paso al frente:

"Sabemos que el amor a veces puede ser desafiante, pero es lo que nos da valor para afrontar nuestros miedos. ¡No tenemos miedo de ti!"

El dragón comenzó a reírse, pero en cuanto vio la luz en los ojos de los amigos, se sintió inquieto. Hizo temblar las paredes del túnel gritando:

"¿Qué saben ustedes del amor?"

"Sabemos que el amor se encuentra en la amistad, en compartir momentos y ayudarnos unos a otros," explicó Ricardo, que había sido testigo del poder del amor en el grupo.

Emiliano propuso:

"¡Hagamos algo! ¡Que cada uno de nosotros le cuente al dragón una historia sobre el amor y así le enseñaremos su verdadero valor!"

El dragón, interesado aunque reacio, aceptó el desafío. Uno a uno, los amigos compartieron sus historias: la vez que Juan ayudó a Emiliana cuando se perdió, o cuando Danna consuelo a Sol en un día triste.

Con cada historia, el dragón comenzó a sentir algo que nunca había sentido antes. Un sentimiento cálido y suave como una brisa de verano. Finalmente, le preguntó:

"Pero... ¿Qué hay del amor romántico? ¿También es fuerte como lo que ustedes sienten entre amigos?"

María respondió:

"Sí, el amor romántico también tiene un valor especial. Pero el amor más fuerte es el que compartimos entre todos. Una comunidad unida puede lograr cosas grandes."

La mirada del dragón cambió. De repente, comprendió que el amor verdadero no se podía robar, se debía cultivar.

"Lo siento, amigos. No entendía lo que significaba el amor. Prometo protegerlo en lugar de robarlo," dijo el dragón, con un brillo nuevo en sus ojos.

Y así, el dragón, en lugar de ser un adversario, se convirtió en un nuevo guardián del valor del amor en el reino. El grupo de amigos regresó a su pueblo con una nueva amiga: el dragón, quien a partir de entonces voló alto, protegiendo el amor y la amistad dondequiera que lo necesitaban.

FIN.

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