El dragón y la niña curiosa



Había una vez una niña llamada Marlen que vivía en un pequeño pueblo rodeado de montañas. Marlen era curiosa y siempre estaba buscando nuevas aventuras.

Un día, mientras exploraba el bosque cercano a su casa, encontró una vieja puerta de madera oculta entre los árboles. Intrigada, decidió abrir la puerta y se encontró con un mundo completamente diferente. Era un lugar lleno de colores brillantes y criaturas fantásticas.

Marlen sabía que había llegado a las dimensiones mágicas. -¡Wow! Esto es increíble -exclamó Marlen emocionada-. Nunca había visto algo así antes. De repente, apareció un duende travieso llamado Puck. -Bienvenida a las dimensiones mágicas, Marlen -dijo Puck con una sonrisa-.

Aquí todo es posible si crees en la magia. Marlen estaba fascinada y quería descubrir más sobre este mundo maravilloso. Siguiendo a Puck, se adentraron en el bosque encantado donde conocieron a Pixie, una hada amistosa y muy divertida.

-Hola Marlen -saludó Pixie con entusiasmo-. ¿Quieres aprender algunos hechizos mágicos? Marlen asintió emocionada y comenzaron sus lecciones de magia. Aprendió cómo hacer flores brotar de la nada y cómo crear luces brillantes con solo mover sus manos.

Pronto se convirtió en una aprendiz talentosa. Un día, mientras practicaban magia juntas, escucharon un ruido extraño proveniente del lago cercano. Corrieron hacia allí y descubrieron que un enorme dragón estaba causando problemas en el reino de las dimensiones mágicas.

-¡Tenemos que hacer algo! -exclamó Marlen decidida-. No podemos dejar que el dragón arruine este hermoso lugar. Marlen, Pixie y Puck se acercaron al dragón con valentía. Usando sus habilidades mágicas, intentaron calmarlo y entender por qué estaba tan enfadado.

Descubrieron que el dragón tenía miedo porque había perdido su hogar en un incendio forestal. Marlen tuvo una idea brillante. Usando su magia, creó una nueva cueva para el dragón donde pudiera vivir en paz y seguridad.

Además, organizó a los demás habitantes del reino para ayudar a reconstruir la zona afectada por el fuego. El dragón se sintió amado y protegido gracias a los esfuerzos de Marlen y sus amigos.

A cambio, decidió convertirse en guardián del bosque encantado y prometió protegerlo de cualquier peligro. Marlen regresó a su pueblo con un corazón lleno de gratitud por las increíbles experiencias que vivió en las dimensiones mágicas.

Compartió sus aventuras con todos los niños del pueblo e inspiró a otros a creer en la magia dentro de ellos mismos.

Desde ese día, cada vez que alguien necesitaba ayuda o tenía un problema difícil de resolver, recordaban la historia de Marlen en las dimensiones mágicas y encontraban fuerzas para enfrentar cualquier desafío. Y así, Marlen enseñó al mundo que no hay límites cuando creemos en nosotros mismos y en la magia que nos rodea.

FIN.

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