El dragón y la valiente Sofía
Había una vez una niña llamada Sofía, que vivía en un pequeño pueblo rodeado de un frondoso bosque.
A Sofía le encantaba explorar y descubrir nuevos lugares, pero había un lugar en particular que siempre le había llamado la atención: una misteriosa cueva escondida entre los árboles. Un día, decidida a desvelar el secreto de la cueva, Sofía se adentró en el bosque con su fiel perro Max.
Mientras caminaban por el sendero, escucharon unos ruidos extraños provenientes de lo más profundo del bosque. Siguiendo el sonido, llegaron a la entrada de la cueva. Intrigada y emocionada, Sofía decidió entrar con cautela.
Pero lo que encontró dentro fue algo completamente inesperado: ¡un pequeño dragón! El dragoncito estaba asustado y solo en aquel oscuro rincón. Sofía no tuvo miedo y se acercó lentamente al dragón para ofrecerle su amistad. Al verla tan valiente y bondadosa, el dragón dejó de temblar y comenzó a confiar en ella.
Desde aquel momento, Sofía visitaba regularmente la cueva para pasar tiempo con su nuevo amigo dragón. Juntos exploraban el bosque y compartían historias divertidas sobre sus aventuras.
Un día mientras jugaban cerca del río, se encontraron con una familia de ratones. Los ratoncitos estaban perdidos y no sabían cómo regresar a su hogar. Sin dudarlo ni un segundo, Sofía les ofreció ayuda.
"No te preocupes", dijo Sofia al líder del grupo de ratones, "conozco el bosque como la palma de mi mano. Los guiaré hasta su casa". La familia de ratones estaba muy agradecida y aceptó la ayuda de Sofía. Juntos emprendieron el camino de regreso al hogar de los ratoncitos.
Pero cuando llegaron al árbol donde vivían los ratones, se encontraron con que había sido invadido por una serpiente gigante. La pobre familia estaba en peligro y necesitaban ayuda.
Sin pensarlo dos veces, Max, el perro fiel de Sofía, se lanzó valientemente hacia la serpiente para distraerla mientras Sofía y el dragón ayudaban a los ratoncitos a escapar. Con trabajo en equipo y astucia, lograron vencer a la serpiente y liberar el árbol del nido de los ratones.
La familia quedó eternamente agradecida con Sofía, Max y el dragón por salvarlos. Desde ese día, todos ellos se convirtieron en grandes amigos inseparables.
Juntos aprendieron que no importa cuán diferentes sean las personas o criaturas que conocemos en nuestra vida, siempre podemos encontrar maneras de ayudarnos mutuamente y formar vínculos duraderos basados en la amistad y la bondad.
Y así fue como Sofía descubrió que dentro de una cueva oscura puede haber un gran tesoro esperando: amistades inesperadas capaces de cambiar nuestras vidas para siempre.
FIN.