El dragón y su amigo



Había una vez un niño llamado Joaquín que amaba los dragones. Desde muy pequeño, había leído todos los libros de cuentos sobre estas criaturas mágicas y siempre soñaba con tener su propio dragón.

Un día, mientras caminaba por el parque, encontró una extraña roca con marcas extrañas en ella. Al acercarse a examinarla, la roca comenzó a temblar y se abrió para revelar un huevo gigante.

Joaquín no podía creer lo que veía: ¡un huevo de dragón estaba justo delante de él! Con mucho cuidado, recogió el huevo y lo llevó a casa para protegerlo hasta que eclosionara. Días después, el huevo finalmente eclosionó y Joaquín se encontró cara a cara con su propio dragón bebé.

Lo llamó Fuego y rápidamente se convirtieron en los mejores amigos. Pero criar un dragón no era fácil. Joaquín tuvo que aprender todo lo necesario sobre cómo cuidarlo adecuadamente.

Tenía que alimentarlo regularmente con carne cruda y pescado fresco e incluso tenía que hacerle ejercicios diarios para mantenerlo saludable. Un día, mientras estaban dando un paseo por el bosque cercano, Joaquín y Fuego fueron atacados por unos cazadores furtivos.

Los cazadores querían capturar al joven dragón para venderlo a alguien dispuesto a pagar mucho dinero por él. "¡No te preocupes Fuego! ¡Voy a protegerte!"- gritó valientemente Joaquín mientras luchaba contra los cazadores furtivos armados únicamente con una rama.

A pesar de la desventaja, Joaquín logró defender a Fuego y ahuyentar a los cazadores. Desde entonces, se dio cuenta de que no solo tenía un dragón como mascota, sino también un amigo para toda la vida.

Con el tiempo, Fuego creció y se convirtió en un poderoso dragón adulto. Joaquín sabía que era hora de dejarlo ir y dejarlo volar libremente por el cielo. Con lágrimas en los ojos, le dijo adiós mientras veía a su amigo alejarse hacia el horizonte. "No te preocupes Fuego.

Siempre te llevaré en mi corazón" - dijo Joaquín con una sonrisa triste.

Desde ese día, Joaquín supo que había encontrado algo mucho más valioso que tener su propio dragón: había descubierto la verdadera amistad y lo importante que era luchar por lo que uno ama. Y así termina esta historia sobre un niño llamado Joaquín quien aprendió a cuidar y proteger a su mejor amigo: ¡un dragón!

FIN.

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