El Drangon Drago y su Amistad con Lila



Había una vez, en un bosque mágico donde los árboles susurraban secretos y las flores brillaban como estrellas, un dragón muy especial llamado Drago. A diferencia de los otros dragones, que podían volar alto y lanzar fuego, Drago no podía ni volar ni escupir llamas. Pero tenía algo que lo hacía único: su gran corazón y su amor por la amistad.

Un día, mientras Drago exploraba el bosque, escuchó un llanto. Preocupado, siguió el sonido hasta encontrar a una pequeña niña llamada Lila, que estaba sentada en una piedra, con lágrimas en sus ojos.

"¿Qué te pasa, pequeña?" - preguntó Drago con su voz suave.

"No tengo amigos y me siento muy sola" - respondió Lila, limpiándose las lágrimas con el dorso de la mano.

Drago sintió un nudo en su corazón. "Yo tampoco tengo amigos, pero podemos serlo juntos" - sugirió.

Los ojos de Lila se iluminaron. "¿De verdad?" - preguntó, sorprendida.

"¡Claro! Vamos a jugar juntos!" - exclamó Drago con entusiasmo.

Desde ese día, Lila y Drago se hicieron inseparables. Pasaban horas explorando el bosque, recogiendo flores y construyendo castillos de hojas. Lila subía sobre la espalda de Drago e imaginaban que volaban por los cielos.

Un día, mientras jugaban cerca de un arroyo, escucharon un gran estruendo. Asustados, se acercaron y encontraron a un grupo de criaturas del bosque tratando de mover un enorme tronco que había caído y bloqueaba el paso hacia la fuente de agua.

"¡Ayuda! ¡No podemos pasar!" - gritó un pequeño conejo, angustiado.

"Nosotros podemos ayudar!" - dijo Lila con valentía.

"Pero... yo no puedo mover cosas grandes" - lamentó Drago, sintiendo que no podía hacer nada.

"No te preocupes, Drago. Tú no tienes que hacerlo todo solo." - dijo Lila, reflexionando.

"¿Qué quieres decir?" - preguntó Drago, sintiendo que un rayo de esperanza lo iluminaba.

"Podemos trabajar todos juntos. Yo puedo ayudar a dirigir y tú podrías usar tu fuerza para lanzarlo hacia un lado. Y las criaturas del bosque pueden empujar" - propuso Lila.

Drago, entusiasmado por la idea, se acercó al tronco con sus amigos.

"¡Uno, dos, tres!" - gritó Lila. Con un gran empujón y la colaboración de todos, lograron mover el tronco.

Las criaturas del bosque saltaron y vitorearon. "¡Lo logramos!" - exclamaron.

Drago sonrió, sintiéndose feliz. "No lo hubiera logrado sin ustedes. Somos un gran equipo!" - dijo emocionado.

Lila, sonriendo, agregó: "Esto demuestra que aunque seamos diferentes, juntos podemos lograr grandes cosas."

Desde ese día, Drago se dio cuenta de que no importaba que no pudiera volar ni escupir fuego; su valor y su capacidad de unirse a los demás eran lo que realmente hacía la diferencia.

Con el tiempo, Drago se convirtió en el mejor amigo de todos en el bosque, enseñándoles que la amistad, la colaboración y la aceptación son habilidades mágicas que pueden cambiar el mundo.

Y así, Lila y Drago vivieron muchas más aventuras, siempre riendo y ayudando a sus amigos, mientras descubrían que la verdadera magia viene del corazón.

FIN.

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