El duende de la Amazonia



En lo más profundo de la Amazonia ecuatoriana, vivía un duende con un rostro angelical llamado Panchito. A diferencia de otros duendes traviesos, a Panchito le encantaba recolectar monedas de oro.

Pasaba sus días explorando el bosque en busca de tesoros escondidos. Un día, mientras Panchito estaba buscando monedas, se encontró con una tortuga llamada Tita. - ¡Hola, Panchito! ¿Qué estás buscando hoy? - preguntó Tita con curiosidad. - Estoy buscando monedas de oro para mi colección, Tita.

Son tan brillantes y hermosas - respondió Panchito con entusiasmo. - ¡Qué interesante! Yo también tengo una colección, pero de conchas marinas. ¿Te gustaría verla? - propuso Tita. Panchito aceptó encantado y juntos se adentraron en el bosque.

Mientras caminaban, Tita le contó a Panchito sobre la importancia de cuidar la naturaleza y respetar a todos los seres vivos. Panchito se detuvo a reflexionar. ¿Realmente estaba cuidando el bosque mientras buscaba tesoros? Decidió cambiar su enfoque.

En lugar de buscar monedas, Panchito comenzó a recolectar objetos naturales que le recordaran la belleza de la Amazonia. Ramitas, hojas, piedras brillantes... cada hallazgo lo llenaba de alegría.

Panchito y Tita se convirtieron en grandes amigos, explorando juntos el bosque y aprendiendo el uno del otro. Panchito descubrió que la verdadera riqueza estaba en la naturaleza que lo rodeaba. Decidió compartir sus tesoros naturales con los demás duendes, quienes quedaron maravillados.

Pronto, todos los duendes del bosque siguieron el ejemplo de Panchito, cuidando y valorando la Amazonia. Panchito se convirtió en un líder respetado, enseñando a otros la importancia de preservar el bosque. Y así, el duende con rostro angelical se ganó un lugar especial en el corazón de la Amazonia.

FIN.

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