El Duende de las Manzanas


Había una vez una niña llamada Marta que estaba muy emocionada porque se acercaba su cumpleaños. Este año, decidió celebrarlo en su casa junto a su mamá, su perro Ronaldo y su gato Oscar.

Marta amaba mucho a sus mascotas y siempre los incluía en todas sus aventuras. El día del cumpleaños de Marta llegó y la casa estaba decorada con globos de colores y serpentinas.

La mesa estaba llena de deliciosas manzanas, ya que eran las frutas favoritas de Marta desde pequeña. Cada invitado tenía un sombrero de fiesta y un silbato para animar la celebración. Marta sopló las velas en su pastel mientras todos cantaban "Feliz cumpleaños" alegremente.

Luego, comenzaron a disfrutar de las manzanas jugosas que estaban dispuestas en la mesa. Pero algo extraño ocurrió cuando Marta tomó la primera mordida de su manzana: ¡desapareció! - Mamá, ¿dónde está mi manzana? - preguntó Marta sorprendida. - No lo sé, querida.

Parece que ha desaparecido - respondió su mamá desconcertada. Ronaldo y Oscar también parecían confundidos mientras olisqueaban el aire buscando el aroma perdido de las manzanas. Decidieron investigar el extraño suceso y siguieron las pistas hasta llegar al jardín trasero.

Allí encontraron un pequeño duende travieso llamado Tristán escondido detrás del arbusto. - ¡Hola! Soy Tristán, el duende guardián de las manzanas - dijo el duende con una sonrisa pícara.

- ¿Tú fuiste quien se llevó nuestras manzanas? - preguntó Marta, curiosa. - ¡Exactamente! Pero no te preocupes, solo quería divertirme un poco. Ya que te gustan tanto las manzanas, decidí jugarles una pequeña broma - respondió Tristán sinceramente.

Marta y su mamá le explicaron al duende que era su cumpleaños y que las manzanas eran muy especiales para ella. Tristán se sintió mal por haber arruinado la fiesta y decidió hacer algo para remediarlo.

El duende les propuso ir a su escondite secreto en el bosque donde había un árbol mágico lleno de manzanas especiales. Estas manzanas tenían poderes mágicos que podían cumplir deseos. Emocionados por la aventura, Marta, su mamá, Ronaldo y Oscar siguieron a Tristán hasta llegar al árbol mágico.

Cada uno eligió una manzana especial y formuló un deseo desde el corazón.

Marta deseó tener siempre alegría en su vida; su mamá deseó salud y felicidad para toda la familia; Ronaldo deseó ser el perro más juguetón del mundo; y Oscar deseó ser capaz de hablar como los humanos. Al terminar sus deseos, todas las manzanas comenzaron a brillar intensamente antes de convertirse en polvo dorado que flotaba en el aire.

En ese momento, todos sintieron cómo sus deseos se hacían realidad dentro de ellos mismos. Desde aquel día, Marta siempre llevaba consigo una sonrisa radiante, su mamá se sentía llena de energía y vitalidad, Ronaldo nunca dejaba de jugar y Oscar aprendió a decir palabras humanas.

La fiesta continuó con más alegría y diversión que antes. Marta y sus seres queridos aprendieron que las cosas más importantes en la vida no son los objetos materiales, sino el amor, la amistad y los deseos sinceros.

Y así fue como el cumpleaños de Marta se convirtió en una experiencia mágica e inolvidable para todos. Desde aquel día, cada vez que veían una manzana recordaban el poder de los deseos verdaderos y cómo pueden cambiar nuestras vidas para mejor.

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