El duende de los baños
Había una vez un pequeño duende llamado Tito que vivía en los baños de la escuela. Era tan pequeño que podía esconderse detrás del rollo de papel higiénico sin ser visto.
Pero a pesar de su tamaño, Tito era muy valiente y aventurero. Un día, mientras exploraba el baño de las chicas, Tito escuchó a una niña llorando en uno de los cubículos.
Se acercó sigilosamente para investigar y descubrió que la niña había perdido su anillo favorito en el inodoro. Tito no dudó un segundo y se ofreció a ayudarla. "¿Cómo vas a sacarlo si eres tan chiquitín?", preguntó la niña sorprendida.
Tito sonrió y le explicó que tenía un amigo sapo que lo ayudaría. Juntos, lograron recuperar el anillo y devolverle la sonrisa a la niña. A partir de ese día, Tito se convirtió en el héroe del baño escolar.
Los estudiantes comenzaron a pedirle ayuda cada vez que tenían algún problema en el baño: desde desatascar un inodoro hasta encontrar un objeto perdido. Pero no todo fue fácil para Tito.
Un día, mientras intentaba arreglar una tubería rota, quedó atrapado entre las cañerías y no podía salir por sus propios medios. Fue entonces cuando conoció al señor Fontanero, quien lo rescató con mucho cuidado. "¡Vaya! Nunca había visto algo así", exclamó el señor Fontanero asombrado ante la presencia del duende diminuto. "Eres todo un valiente, Tito".
A partir de ese momento, el señor Fontanero y Tito se convirtieron en amigos inseparables. Juntos arreglaban todas las tuberías rotas y mantenían los baños escolares en perfecto estado.
La historia del pequeño duende se volvió famosa en toda la escuela y muchos estudiantes comenzaron a dejarle dibujos y notas de agradecimiento en el baño. Incluso la directora le entregó una medalla al valor por su valentía.
Tito estaba muy feliz con su vida en los baños escolares y sabía que siempre habría alguien que necesitaría su ayuda. Y así fue como el pequeño duende minusculo se convirtió en un ejemplo de coraje y solidaridad para todos los estudiantes de la escuela.
FIN.