El Duende, el Hombre-Pez y el Río de la Amistad
En un hermoso bosque argentino, había un río que brillaba como diamantes bajo el sol. En la orilla del río vivía un duende llamado Pipo. Pipo era pequeño y travieso, con grandes ojos verdes y un sombrero de hojas. Pero lo que más le gustaba a Pipo era hacer amigos. Cierta mañana, mientras Pipo recolectaba flores, escuchó un suave lamento que provenía de la orilla contraria del río.
"¿Quién está ahí?" - preguntó Pipo, intrigado.
Del otro lado, apareció un hombre-pez llamado Lipi, con escamas que reflejaban todos los colores del arcoíris. Pero a pesar de su belleza, Lipi parecía triste.
"Soy yo, Lipi. Desde que el agua del río se ha vuelto más turbia, he perdido la alegría. Mis amigos peces se han alejado y no sé cómo ayudarles." - dijo Lipi con un suspiro.
Pipo, al escuchar esto, decidió ofrecer su ayuda.
"No te preocupes, Lipi. ¡Vamos a encontrar una solución juntos!" - exclamó Pipo con entusiasmo.
Ambos amigos empezaron a investigar el río. Después de nadar y saltar entre las piedras del fondo del río, descubrieron que unos árboles estaban bloqueando el flujo del agua. Sin embargo, había un problema: estos árboles pertenecían a la familia de un viejo troll llamado Gruff, quien era muy protector con su bosque y no quería que nadie los tocara.
"¿Qué haremos? Gruff es muy gruñón y no escucha a nadie!" - lamentó Lipi.
Pipo pensó por un rato, y una idea brillante surgió en su cabeza.
"Podemos invitar a Gruff a un picnic en la orilla del río. Tal vez, si le mostramos lo que está sucediendo, cambiará de opinión." - sugirió Pipo.
Lipi asintió, esperanzado.
"Buena idea, Pipo. ¡Hagámoslo!" - dijo Lipi, mientras ambos se preparaban para el picnic.
Organizaron una gran celebración con frutas jugosas, pasteles de algas y agua fresca. Cuando Gruff apareció, al principio se mostró indiferente.
"¿Qué hacen ustedes aquí?" - preguntó Gruff con tono de desconfianza.
"¡Hola, Gruff! Hemos preparado un picnic y queremos que te unas a nosotros. Mira, queremos mostrarte algo." - dijo Pipo, señalando el agua que corría con dificultad.
Un poco curioso, Gruff se acercó y observó cuidadosamente.
"¿Por qué está tan sucio el agua?" - preguntó Gruff, con una ceja levantada.
"Los árboles están bloqueando el flujo. Si los cortamos, el agua fluirá libremente y tanto los peces como la flora del río estarán felices!" - exclamó Lipi.
Gruff pensó por un momento. Sabía que proteger el bosque era importante, pero también entendía la importancia de cuidar del río. Después de probar algunas delicias del picnic, se sintió más relajado.
"Tal vez… podría dejar que corten solo algunos árboles, los que están bloqueando el río. Pero deben prometérmelo: cuidarán de los demás árboles y del bosque después de eso." - aceptó Gruff, sonriendo por primera vez.
Pipo y Lipi gritaron de alegría.
"¡Sí, lo prometemos!" - dijeron al unísono.
Con la ayuda de Gruff, Pipo y Lipi cortaron los árboles que bloqueaban el río. Una vez hecho, el agua comenzó a fluir libre y cristalina, y los peces regresaron felices. Todos celebraron con un gran baile y risas.
Días después, cuando el sol se ponía, Pipo y Lipi se sentaron juntos en la orilla.
"Nunca pensé que un duende y un hombre-pez podrían hacer un gran cambio. ¡Gracias por tu amistad!" - dijo Lipi, sonriendo con gratitud.
"Y gracias a vos, Lipi. A veces, lo más importante es escuchar y trabajar juntos por un bien mayor. Así es como hacemos la magia." - respondió Pipo, llenando su corazón de felicidad.
Desde ese día, Pipo, Lipi y Gruff se volvieron grandes amigos, y todos en el bosque aprendieron a cuidar su hogar y a trabajar juntos para mantenerlo limpio y seguro. Así fue como el río se volvió el símbolo de la amistad y la colaboración entre todos los seres del bosque.
Y colorín colorado, este cuento se ha terminado.
FIN.