El duende goloso, el dinosaurio divertido y la valiente Dora


En un alegre día en el Parque de las Maravillas, el duende Traviesín, conocido por su amor por los dulces, se encontró con su amigo el dinosaurio Dorongo. Juntos, decidieron jugar con un colorido dado, riendo y disfrutando de su amistad.

Mientras reían a carcajadas, una pequeña y valiente niña llamada Dora se acercó a ellos con el semblante preocupado. Al verla así, Traviesín y Dorongo preguntaron qué le sucedía.

- ¿Qué te pasa, Dora? -preguntó el duende con curiosidad.

Dora levantó la mano con tristeza, mostrando un pequeño vendaje en su dedo.- Me corté con unas tijeras mientras ayudaba a mi mamá en jardín. Duele mucho.

El pequeño grupo se reunió en un círculo, pensando en cómo ayudar a la valiente Dora. Dorongo propuso llevarla al arroyo para que se refrescara el dedo, mientras Traviesín sugirió preparar una poción mágica a base de plantas sanadoras que conocía.

Después de aplicar la poción mágica y refrescar el dedo en el arroyo, Dora sonrió agradecida. Con valentía, les dijo a sus nuevos amigos que ya se sentía mucho mejor.

De repente, tuvieron una genial idea: organizaron un divertido concurso de saltos, donde cada uno mostraba su habilidad para saltar en un pie. Rieron y se divirtieron tanto que el dolor y la tristeza se disiparon por completo.

Al final del día, los tres amigos se despidieron con grandes abrazos y promesas de volver a encontrarse pronto, con la alegría y la valentía como bandera.

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