El duende Pimpollo y la varita perdida


Había una vez en un lejano bosque encantado, una bruja muy especial llamada Carrusel Tornillo. A diferencia de las demás brujas del lugar, a Carrusel no le gustaba hacer travesuras ni asustar a la gente.

Ella prefería ayudar a los demás y hacer el bien en el mundo. Un día, mientras paseaba por el bosque, Carrusel escuchó unos llantos provenientes de un árbol cercano.

Se acercó con curiosidad y descubrió a un pequeño duende atrapado entre las ramas. El duende se llamaba Pimpollo y había perdido su varita mágica, la cual lo ayudaba a realizar sus trucos y hechizos.

"¡Oh, querida bruja! ¡Por favor ayúdame a encontrar mi varita mágica! Sin ella no podré volver a casa", suplicó Pimpollo entre sollozos. Carrusel se compadeció del duende y prometió ayudarlo. Juntos comenzaron la búsqueda de la varita perdida, recorriendo cada rincón del bosque y preguntando a todos los seres mágicos que encontraban en su camino.

Después de mucho buscar, finalmente llegaron al claro donde vivía el hada Margarita, conocida por ser muy sabia y tener respuestas para todo. "¡Oh hada Margarita! ¿Has visto la varita mágica de Pimpollo?", preguntó Carrusel con esperanza en los ojos.

Margarita cerró los ojos por un momento y luego sonrió. "Sí, querida Carrusel. La varita está en manos del temible ogro del pantano. Deberán ser valientes para recuperarla".

Sin dudarlo ni un segundo, Carrusel y Pimpollo se dirigieron hacia el pantano donde habitaba el ogro. Con astucia e ingenio lograron engañarlo y recuperar la preciada varita mágica. "¡Gracias por tu valentía, querida amiga!", exclamó emocionado Pimpollo mientras abrazaba a Carrusel.

Con la varita recuperada, Pimpollo pudo regresar sano y salvo a su hogar. Desde ese día, la historia de cómo Bruja Carrusel Tornillo enfrentó al temible ogro se convirtió en leyenda en todo el bosque encantado.

Carrusel demostró que no hace falta usar malas artes para resolver problemas difíciles; con bondad, valentía y trabajo en equipo se pueden superar cualquier obstáculo que se presente en nuestro camino.

Y así fue como esta dulce bruja se ganó el cariño y respeto de todos los seres mágicos del bosque encantado.

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