El Duende que Prende la Luz
En el tranquilo pueblo de Villa Fantasía, vivía un duende muy especial llamado Canillas. Canillas era conocido por ser capaz de prender la luz en los corazones de las personas, pero a pesar de su don, se sentía un poco triste. Siempre había soñado con ser apreciado no solo por su habilidad de iluminar el ambiente, sino por algo más. Un día, mientras paseaba por el bosque encantado, Canillas se encontró con un duende cultural llamado El Duende Cultural. Este duende viajero era conocido por haber recorrido el mundo aprendiendo sobre diferentes culturas y tradiciones.
- ¡Hola, Canillas! Veo que estás un poco apagado hoy. ¿Qué pasa? - dijo El Duende Cultural, con una sonrisa amable.
- Hola, amigo. Sí, siento que mi don de prender la luz no es suficiente para ser apreciado. Si tan solo pudiera hacer algo más, algo que dejara una huella en el corazón de la gente, sería realmente feliz - respondió Canillas, con un dejo de tristeza en su voz.
El Duende Cultural se sentó junto a Canillas y le contó sobre todas las maravillas que había visto en sus viajes y las diferentes formas en las que las personas apreciaban y celebraban la diversidad cultural. Canillas escuchaba con atención, sintiendo cómo su corazón se iluminaba con cada historia.
A partir de ese día, Canillas decidió emprender su propio viaje para aprender sobre las diversas tradiciones y costumbres del mundo. Recorrió valles, montañas, playas y ciudades, siempre con la luz de su corazón brillando intensamente. En cada lugar que visitaba, compartía su don de prender la luz y también aprendía algo nuevo de la cultura local. Pronto se convirtió en un símbolo de unidad y amor entre las personas de distintas tierras.
De regreso en Villa Fantasía, Canillas fue recibido como un héroe. Había llevado consigo las historias y enseñanzas de cada lugar que había visitado, iluminando no solo los corazones, sino también las mentes de su comunidad. Descubrió que su don de prender la luz no solo era apreciado, sino que había logrado algo mucho más grande: unir a su pueblo en un abrazo de diversidad y respeto por todas las culturas del mundo.
Desde entonces, Canillas se convirtió en el guardián de la diversidad cultural de Villa Fantasía, asegurándose de que todos entendieran y apreciaran las diferencias que los hacían únicos. Y en cada rincón del pueblo, la luz de Canillas brillaba, recordándoles a todos la importancia de compartir, aprender y celebrar la riqueza de la diversidad.
FIN.