El duende Tristón y la magia de las hadas
Había una vez en el bosque encantado de Villa Risueña, un duende llamado Tristón que siempre estaba triste.
Su llanto resonaba por todas partes y entristecía a todos los habitantes del lugar, desde las hadas hasta los animales del bosque. Un día, cansados de escuchar su llanto constante, las hadas decidieron hacer algo al respecto. Se reunieron en secreto y elaboraron un plan para ayudar a Tristón a superar su tristeza.
Decidieron convocar al hada Risueña, la más sabia y alegre del bosque, para que les ayude con su magia. Al día siguiente, mientras Tristón lloraba sentado en una piedra junto al arroyo, el hada Risueña apareció frente a él con una sonrisa radiante.
El duende levantó la mirada sorprendido y preguntó:"¿Quién eres tú?""Soy el hada Risueña y he venido para ayudarte a encontrar la alegría en tu corazón", respondió ella con voz melodiosa.
Tristón no podía creer lo que escuchaba, pero decidió darle una oportunidad. El hada le propuso un desafío: durante una semana entera, debía buscar algo divertido o gracioso en cada situación que viviera. El duende aceptó el reto con cierta incredulidad, pero se dispuso a cumplirlo.
Al principio le costaba encontrar motivos para reírse, pero poco a poco fue descubriendo lo divertido que era jugar con las mariposas o bailar bajo la luna llena.
Los días pasaron volando y llegó el momento de la prueba final: un espectáculo de payasos que se presentaría en el claro del bosque aquella noche. Tristón asistió expectante junto al hada Risueña y las demás criaturas del bosque.
Los payasos hicieron reír a todos con sus bromas y acrobacias, pero cuando llegó el momento de elegir al espectador más serio para participar en su acto final, señalaron directamente a Tristón.
El duende se puso nervioso ante tantas miradas puestas en él, pero recordando todo lo aprendido durante esa semana decidió dejar de lado su tristeza y disfrutar del momento. Los payasos lo hicieron parte de su show haciéndolo reír como nunca antes lo había hecho.
Al finalizar el espectáculo, Tristón se acercó emocionado al hada Risueña y le dijo:"¡Gracias por ayudarme a descubrir la alegría dentro de mí! Ahora sé que siempre habrá momentos difíciles, pero también puedo encontrar motivos para sonreír". El hada asintió orgullosa y abrazó al duende feliz por haber logrado cambiar su destino.
Desde ese día en adelante, Tristón siguió siendo conocido como el duende risueño del bosque encantado de Villa Risueña.
Y colorín colorado este cuento ha terminado; enseñándonos que incluso en los momentos más oscuros siempre podemos encontrar luz si aprendemos a verla con otros ojos llenos de esperanza y alegría.
FIN.