El duende y el misterio de los colores perdidos



Era un día soleado en el Bosque Encantado, y el Duende Plin estaba muy emocionado porque debía preparar su clase para los chicos de 3C. Con su gorro puntiagudo y su varita mágica, Plin organizaba su aula hecha de ramas y hojas. Tenía un plan especial: enseñarles sobre los colores del arcoíris.

Mientras acomodaba los materiales, de repente, escuchó un ruido extraño. "¿Qué fue eso?"- se preguntó, asomándose por la ventana hecha de mariposas. Al mirar, se dio cuenta de que algo raro estaba sucediendo en el bosque. Los árboles parecían perder color, y el hermoso rocío de las flores se veía opaco.

"¡Esto no está bien!"- exclamó Plin, preocupándose. Sabía que si los colores desaparecían, la alegría también lo haría.

Decidido a ayudar, salió corriendo hacia el sendero de flores. Allí se encontró con su amiga, la mariposa Lila, que volaba nerviosa. "¡Plin! ¡Los colores se están yendo!"- dijo Lila, agitando sus alas.

"Sí, lo vi. Vamos a averiguar qué está pasando"- respondió el duende, tomando su varita mágica. Juntos comenzaron a investigar.

Primero, llegaron al lago reflejante, donde el pez Arcoíris jugaba. "¿Arcoíris, sabes algo sobre los colores?"- preguntó Plin.

"He visto cómo las flores se ponen tristes, pero no sé por qué. Quizás deberías hablar con la Vieja Tortuga, ella siempre sabe lo que ocurre"- sugirió el pez.

Plin y Lila se dirigieron a la cueva de la Vieja Tortuga. "Hola, señora Tortuga. Nos han contado que usted puede ayudarnos"- dijo Polin, un poco tímido.

"Claro, pequeños. He sentido el sufrimiento de la naturaleza. Los colores se han escondido porque los animales no están cuidando su hogar. Hay mucha basura y ruidos en el bosque"- explicó la tortuga con voz sabia.

"Pero, ¿cómo podemos solucionarlo?"- preguntó Lila, preocupada.

"Necesitan reunir a todos los habitantes del bosque y hacer una gran limpieza. Si cada uno aporta su parte, los colores volverán"- dijo la tortuga.

Con una nueva misión, Plin y Lila convocaron a todos los amigos del bosque: los pájaros, las ardillas, e incluso a los osos. "¡Atención, amigos!"- llamó Plin. "Los colores se están yendo y necesitamos su ayuda para traerlos de vuelta. ¿Se suman a una limpieza del bosque?"-

Todos, grandes y pequeños, se miraron y asintieron. "¡Sí!"- gritaron al unísono.

Y así, todos juntos, comenzaron a limpiar. Subieron por los árboles para recoger plásticos, revolvieron hojas secas y llenaron un gran saco de cosas que no pertenecían en su hogar. Tras una jornada de trabajo arduo, comenzaron a ver cambios. A medida que limpiaban, el bosque parecía cobrar vida: los colores volvían a florecer, como un mágico espectáculo.

Finalmente, cuando terminaron, el cielo se llenó de arcoíris. "¡Lo logramos!"- gritó Lila, revoloteando de felicidad.

"Sí, lo hicimos!"- sonrió Plin, dando un salto de alegría.

De repente, el Pez Arcoíris apareció saltando sobre el lago. "¡Gracias, amigos! Es un espectáculo maravilloso. He vuelto a ver mis colores preferidos"- exclamó.

Esa tarde, todos se reunieron a celebrar la victoria y la vuelta de los colores. Plin, emocionado, recordó que al día siguiente tendría su clase con 3C y les contaría cómo un esfuerzo conjunto puede hacer una gran diferencia.

"Ahora entiendo que cada uno de nosotros es importante para cuidar del bosque", les diría. "Si ayudamos y cuidamos nuestro hogar, siempre podremos disfrutar de sus colores y belleza"-.

Y así, con el corazón lleno de alegría y el espíritu de equipo, el duende Plin se preparó para su clase, no sólo con colores, sino también con una valiosa lección sobre la importancia de cuidar nuestro entorno. El bosque nunca volvió a perder sus colores y siempre recordaron el esfuerzo de aquel día.

Y colorín colorado, este cuento se ha acabado.

FIN.

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