El dulce encanto de los cuentos de abuelo y abuela


En una pequeña ciudad de las sierras cordobesas vivían el abuelo Luis y la abuela Justina. Juntos, cultivaban frutas en su pequeño huerto para hacer dulces caseros que vendían en el mercado local. Pero además de hacer dulces, tenían otra pasión: contar cuentos.

Cada sábado, Luis y Justina abrían las puertas de su humilde casa para recibir a los niños del pueblo. Los pequeños se sentaban alrededor de ellos, ansiosos por escuchar las historias que los abuelos tenían para contarles.

"Abuelo, ¿nos cuentas la historia del pajarito que aprendió a volar?", pedía con entusiasmo la pequeña Sofía.

"¡Claro que sí, mi niña!", respondía Luis con una sonrisa. Y así, entre risas y susurros, la historia del pajarito tomaba vida en la imaginación de los niños.

Justina no se quedaba atrás. Con su voz suave y cálida, narraba aventuras de princesas valientes y dragones amistosos que cautivaban a todos los presentes. Los cuentos de los abuelos se volvieron el evento más esperado de la semana para los niños del pueblo.

Un día, mientras los niños saboreaban los dulces recién hechos, Luis les contó una historia sobre la importancia de la amistad y el trabajo en equipo. Al final del cuento, les propuso a los niños que juntos construyeran un columpio para el parque del pueblo. Todos aceptaron emocionados.

Durante la semana, los niños y los abuelos trabajaron juntos, cada uno aportando su granito de arena. Pintaron la madera, colocaron las sogas, y cuando terminaron, tenían un hermoso columpio listo para ser disfrutado por todos.

El día de la inauguración, el parque se llenó de risas y alegría. Los niños se turnaban para columpiarse mientras los abuelos observaban con orgullo. En ese momento, Luis y Justina comprendieron que, más allá de los dulces y los cuentos, su mayor tesoro era el vínculo mágico que habían creado con los niños del pueblo.

Y así, sábado tras sábado, la casa de los abuelos seguía siendo el lugar donde los dulces sabían a encanto y los cuentos se convertían en aventuras inolvidables.

Dirección del Cuentito copiada!