El dulce tesoro de Mielita
Había una vez una pequeña abeja llamada Mielita que vivía en la colmena más dulce del campo. A pesar de tener todo el néctar y polen que necesitaba, Mielita siempre soñaba con encontrar la miel más deliciosa de todas.
Un día, mientras volaba por el prado, escuchó un rumor sobre un árbol mágico donde se encontraba la miel más sabrosa de todos los reinos. Sin pensarlo dos veces, decidió emprender ese emocionante viaje en busca del tesoro dorado.
Mielita voló durante horas hasta llegar al bosque encantado donde se encontraba el árbol mágico. Al acercarse a él, vio a otras abejas trabajando arduamente para recolectar su preciado néctar.
Se acercó a ellas y les preguntó:"Hola amigas abejitas, ¿puedo unirme a ustedes en esta búsqueda de miel?"Las abejas sonrieron y le dieron la bienvenida a Mielita, explicándole que para obtener esa miel tan especial debían pasar tres desafíos: cruzar un río caudaloso sin mojarse las alas, encontrar una flor escondida entre miles y evitar ser atrapadas por una araña astuta.
Mielita estaba emocionada y decidida a superar cada uno de esos desafíos. Con valentía y determinación, comenzaron su aventura juntas. El primer desafío fue el río caudaloso.
Las abejitas utilizaron su inteligencia para construir puentes con hojas grandes y así poder cruzarlo sin problemas. Mielita, con su habilidad para volar bajo y ágilmente, logró pasar sin mojarse las alas. "¡Lo logramos!", exclamó Mielita emocionada. El segundo desafío era encontrar la flor escondida entre miles.
Las abejitas utilizaron su olfato agudo para seguir el dulce aroma de la flor. Tras mucho buscar, Mielita descubrió una pequeña margarita oculta entre un mar de hierba alta. "¡Aquí está! ¡La encontré!", gritó Mielita con alegría.
El último desafío era evitar ser atrapadas por una astuta araña que tejía sus redes cerca del árbol mágico. Las abejitas idearon un plan: trabajarían en equipo para distraer a la araña mientras Mielita recogía la miel.
Cuando llegó el momento crucial, Mielita se adentró en el árbol mágico y recolectó un poco de miel dorada. Pero justo cuando estaba a punto de salir, se dio cuenta de que estaba rodeada por las peligrosas telarañas de la araña.
Sin embargo, no se rindió y recordando lo que había aprendido durante su viaje, utilizó su agilidad para escapar rápidamente antes de ser atrapada. Mielita regresó triunfante con sus amigas abejas llevando consigo un tarro lleno de miel dorada.
Juntas celebraron su éxito y compartieron la deliciosa recompensa. Desde ese día, Mielita entendió que el verdadero tesoro no solo radicaba en encontrar cosas nuevas o emocionantes sino también en los desafíos superados y en el compañerismo.
Aprendió que la miel más dulce siempre estaría en su colmena, junto a sus amigas abejas. Y así, Mielita vivió felizmente entre las flores del prado, sabiendo que había encontrado mucho más que solo miel en su aventura.
FIN.