El eco de la amistad



Había una vez en un hermoso bosque, un loro llamado Loro. Loro era muy especial, ya que tenía la habilidad de escuchar activamente a las personas y los animales que vivían allí.

Podía entender lo que decían y responderles con su peculiar voz. Loro vivía en un árbol junto a sus amigos: Conejo, Ardilla y Rana. Juntos pasaban sus días jugando y explorando el bosque.

Un día, mientras Loro volaba por el bosque, escuchó unos sollozos provenientes de un arbusto cercano. Se acercó rápidamente para ver qué estaba ocurriendo y encontró a Gato, quien se había lastimado una pata al caerse de un árbol. "¡Hola Gato! ¿Qué te ha pasado?"- preguntó Loro preocupado.

Gato miró sorprendido a Loro y respondió entre lágrimas: "Me caí del árbol mientras cazaba pájaros. Ahora no puedo moverme bien". Loro recordó lo importante que era la amistad y cómo podía ayudar a los demás cuando estaban en problemas.

Sin dudarlo, volvió al árbol donde vivían sus amigos para pedir ayuda. "¡Amigos! ¡Amigos! ¡Necesito su ayuda!"- gritó Loro emocionado. Conejo, Ardilla y Rana salieron rápidamente de su escondite y se acercaron corriendo hacia Loro.

"¿Qué pasa, Loro? ¿Por qué estás tan emocionado?"- preguntó Conejo intrigado. Luego de explicarles la situación con Gato, todos decidieron ir en su ayuda.

Ardilla trepó al árbol más alto del bosque y construyó un puente con ramas para que Gato pudiera bajar sin lastimarse aún más. Una vez que Gato estuvo a salvo, Rana le vendó la pata herida y lo llevó hasta su hogar para que pudiera descansar y recuperarse.

Durante los días siguientes, Loro visitaba a Gato todos los días para asegurarse de que se sentía mejor. Pasaban largos ratos hablando sobre el bosque, las aventuras que habían vivido y cómo podían ayudar a otros animales en problemas. Loro también aprendió la importancia de la comunicación activa.

No solo escuchaba atentamente a sus amigos, sino que también les brindaba consejos sabios cuando necesitaban ayuda. Un día, mientras volaba por el bosque, Loro encontró a dos ardillas peleando por una nuez.

Se acercó rápidamente y usó su habilidad de escucha activa para entender cuál era el problema. "¡Hey! ¿Por qué están peleando?"- preguntó Loro con voz calmada pero firme. Las ardillas se miraron sorprendidas al ver a un loro interviniendo en su disputa.

Explicaron que ambas querían quedarse con la nuez porque tenían mucha hambre. —"Escuchen" , dijo Loro amablemente. "Si comparten esa nuez, podrán disfrutarla juntas y no tendrán que pasar hambre".

Las ardillas reflexionaron sobre las palabras de Loro y finalmente decidieron compartir la nuez entre ellas. Agradecidas por su consejo, se disculparon y se fueron juntas a disfrutar de su comida. Loro se sintió feliz al ver cómo su habilidad de escucha activa y sus consejos podían ayudar a los demás.

Comprendió que la amistad, la comunicación y el apoyo eran fundamentales para vivir en armonía en el bosque. Desde ese día, Loro continuó siendo un amigo leal y atento para todos los animales del bosque.

Siempre estaba dispuesto a escuchar, ayudar y brindar sabios consejos cuando era necesario. Y así, Loro demostró que con amistad, comunicación activa y empatía hacia los demás, todos podemos vivir en paz y felicidad.

El bosque se convirtió en un lugar donde reinaba la solidaridad entre cada uno de sus habitantes gracias a las enseñanzas de Loro. .

FIN.

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