El ejemplo de Efraín


Efraín era un chico muy inteligente y curioso que vivía en la Comunidad de Laguna Prieta. Siempre estaba leyendo libros y haciendo preguntas sobre todo lo que le rodeaba.

Sin embargo, había algo que llamaba la atención de todos: Efraín siempre usaba los pantalones por debajo de las rodillas, lo cual no era muy común en su escuela.

Un día, la maestra Marta le dijo a Efraín: "Efraín, me encanta tu entusiasmo por aprender, pero es importante seguir las reglas del salón de clase, como vestirte adecuadamente". Efraín se sintió un poco avergonzado, pero decidió hacerle caso a su maestra.

A partir de ese día, Efraín comenzó a usar sus pantalones correctamente y a prestar más atención a las reglas del salón. Sus compañeros notaron el cambio y empezaron a verlo con otros ojos. Incluso algunos se acercaban a él para estudiar juntos o jugar en el recreo.

Un día, durante una clase de matemáticas, la maestra propuso un problema complicado que nadie podía resolver. Efraín levantó la mano y dijo: "Yo sé cómo resolverlo". Todos se sorprendieron al escucharlo.

Efraín subió al pizarrón y resolvió el problema paso a paso, demostrando su increíble habilidad para las matemáticas. La maestra Marta lo felicitó frente a toda la clase y les dijo: "Ejemplo vale más que palabras. ¡Felicidades Efraín! Has demostrado que con esfuerzo y dedicación podemos lograr grandes cosas".

Desde ese día, Efraín se convirtió en un ejemplo para todos en la escuela. Seguía siendo curioso e inteligente, pero ahora también era respetuoso con las reglas y siempre estaba dispuesto a ayudar a sus compañeros.

Y así, Efraín aprendió una valiosa lección: ser uno mismo está bien, pero también es importante adaptarse cuando sea necesario y seguir las reglas para crecer como persona.

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