El elefante azul y la belleza interior


Había una vez, en un pequeño pueblo llamado Villa Feliz, una niña llamada Florencia. Florencia era una niña dulce y alegre, pero a veces se sentía triste sin motivo aparente.

Cuando esto sucedía, su querido Dimma siempre estaba ahí para animarla. Dimma era un hombre amable y sabio que vivía cerca de la casa de Florencia. Tenía el cabello blanco como la nieve y siempre llevaba consigo un libro mágico lleno de historias maravillosas.

Entre todas las historias, había una que era especial para Florencia: "El elefante azul". Un día en particular, Florencia despertó sintiéndose muy triste. Sus ojos estaban llorosos y no tenía ganas de jugar con sus amigos.

Preocupados por ella, sus padres llamaron a Dimma. Dimma llegó rápidamente a la casa de Florencia y encontró a la niña solitaria en su habitación.

Sin decir palabra alguna, él se sentó junto a ella en su cama y le dio un beso cariñoso en la frente. "Florencia, sé que te sientes triste hoy", dijo Dimma con ternura. "Pero tengo algo especial para ti". Sacó el libro mágico de su bolsillo y lo abrió por la página del elefante azul.

Florencia miraba atentamente mientras Dimma comenzaba a leerle el cuento del elefante azul:"Había una vez un elefante diferente a los demás.

Su piel no era gris como todos los elefantes; ¡era azul! Todos los animales del bosque se burlaban de él y no querían ser su amigo. Pero el elefante azul no dejaba que eso lo afectara. Un día, mientras caminaba triste por el bosque, se encontró con una tortuga llamada Tito.

Tito también era diferente; tenía manchas de colores en su caparazón. Juntos, formaron una amistad increíble y descubrieron que la verdadera belleza está en ser uno mismo". Florencia escuchaba atentamente cada palabra de Dimma y poco a poco, su tristeza comenzó a desvanecerse.

Se imaginaba al elefante azul y a la tortuga Tito jugando juntos en el bosque, siendo felices siendo ellos mismos. Después de terminar el cuento, Dimma cerró el libro mágico y miró a Florencia con una sonrisa cálida.

"Florencia, recuerda siempre que eres especial tal como eres", dijo. "No importa si te sientes diferente o triste a veces, siempre habrá alguien que te quiera y te acepte". Las palabras de Dimma resonaron en el corazón de Florencia.

Se sintió reconfortada sabiendo que aunque estuviera triste en ese momento, había personas como Dimma que la amaban incondicionalmente.

Desde ese día, cada vez que Florencia se sentía triste o sola, recordaba la historia del elefante azul y encontraba consuelo sabiendo que era única y especial. Y cada vez que necesitaba un abrazo cálido y un beso amoroso en la frente, Dimma estaba allí para brindárselos.

Y así fue como Florencia aprendió que la verdadera belleza está en ser uno mismo y que, sin importar cuántas tristezas o dificultades enfrentemos en la vida, siempre habrá alguien dispuesto a amarnos y aceptarnos tal como somos.

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