El elefante generoso



Había una vez en la selva africana un elefante llamado Trompitas, que era conocido por ser el más malo y egoísta de todos los animales. Siempre se burlaba de los demás y nunca quería ayudar a nadie.

Un día, mientras Trompitas paseaba por la selva con aires de superioridad, se topó con un rinoceronte llamado Corni. Corni era todo lo contrario a Trompitas: amable, generoso y siempre dispuesto a tender una pata a quien lo necesitara.

Al ver al rinoceronte, Trompitas decidió burlarse de él como hacía con todos los demás animales. Se acercó a Corni y le dijo con tono despectivo: "-¿Qué hace un rinoceronte tan feo y torpe como tú por aquí?".

Corni no se inmutó ante las palabras hirientes del elefante y respondió con calma: "-Estoy buscando algo que perdí en el camino, ¿podrías ayudarme?".

Trompitas soltó una carcajada y dijo: "-¡Claro que no! Yo no ayudo a nadie, especialmente a alguien tan inferior como tú". Pero Corni siguió siendo amable y le dijo: "-No importa, yo seguiré buscando". Y sin decir nada más, se adentró en la selva en busca de lo que había perdido.

Intrigado por la actitud de Corni, Trompitas decidió seguirlo sigilosamente. Después de un rato caminando juntos, llegaron a un claro donde vieron a un grupo de monitos tratando desesperadamente de alcanzar unas frutas deliciosas que colgaban de las ramas altas de un árbol.

Los monitos saltaban y se estiraban pero no lograban alcanzar las frutas. Fue entonces cuando Corni se acercó al árbol y con su gran cuerpo empujó suavemente las ramas para que las frutas cayeran al alcance de los monitos.

Trompitas observaba atónito la escena. Nunca había visto tanta generosidad y bondad en acción. Los monitos celebraron felices mientras devoraban las frutas gracias al gesto desinteresado del rinoceronte.

"-¿Por qué hiciste eso?", preguntó finalmente Trompitas sintiendo curiosidad e incluso un poco de vergüenza por su comportamiento pasado. Corni le respondió con una sonrisa: "-Porque creo que todos merecen ayuda cuando la necesitan, sin importar quiénes sean o cómo actúen".

Las palabras del rinoceronte resonaron en el corazón del elefante malo. Se dio cuenta de lo equivocado que estaba siendo todo este tiempo al ser egoísta y cruel con los demás animales.

Decidió cambiar su actitud y aprender la lección de generosidad y amabilidad que Corni le acababa de enseñar. Desde ese día, Trompitas se convirtió en uno de los animales más solidarios y serviciales de toda la selva africana.

Ayudaba a quienes lo necesitaban sin dudarlo ni un segundo, recordando siempre la valiosa lección que había aprendido gracias al bondadoso rinoceronte Corni. Y así fue como el elefante malo dejó atrás sus viejas costumbres para convertirse en un ejemplo inspirador para todos los habitantes del bosque.

La amistad entre Trompitas y Corni creció cada día más fuerte, demostrando que incluso el corazón más duro puede ablandarse ante el poder transformador del amor y la bondad.

FIN.

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