El elefante que comía mucho y saltaba


En la selva africana vivía un elefante llamado Trompitas, que se destacaba por tener un apetito insaciable. Pasaba sus días comiendo cuantiosas cantidades de hojas y frutas, lo que lo hacía cada vez más grande y pesado. A pesar de su tamaño, Trompitas siempre había deseado poder saltar como lo hacían las jirafas o los monos.

Un día, Trompitas se acercó al viejo y sabio león de la selva, Melena, para expresarle su deseo. "¡Oh, noble Melena, desearía poder saltar como los demás animales! Pero con mi gran cuerpo y pesadas piernas, me resulta imposible." - se quejó Trompitas. Melena, con una sonrisa en el rostro, le dijo: "Querido Trompitas, si verdaderamente deseas saltar, debes buscar en lo más profundo de tu corazón y encontrar la voluntad de lograrlo."

Animado por las palabras de Melena, Trompitas decidió emprender un riguroso entrenamiento. Todos los días, se dedicaba a trotar alrededor de la selva y a saltar sobre troncos y piedras. Aunque al principio tropezaba y caía una y otra vez, con perseverancia fue mejorando su habilidad para saltar.

Sin embargo, a medida que saltaba y se movía más, Trompitas notó que su apetito disminuía. Pronto se dio cuenta de que no necesitaba comer tanto para satisfacer su hambre, ya que el ejercicio le proporcionaba energía y vitalidad. Su cuerpo, antes grande y pesado, se volvió ágil y esbelto.

Un día, mientras practicaba sus saltos, Trompitas escuchó los gritos de auxilio de un grupo de monos que se encontraban atrapados en lo alto de un árbol. Sin dudarlo, el elefante saltador se acercó al árbol y, con un gran salto, logró alcanzar a los monos y llevarlos de regreso al suelo. Todos en la selva se sorprendieron y admiraron la nueva habilidad de Trompitas.

Desde ese día, Trompitas se convirtió en un ejemplo de superación y esfuerzo para todos los animales de la selva. Aprendieron que, con determinación y trabajo duro, cualquier deseo puede convertirse en realidad. Y así, el elefante que comía mucho y saltaba enseñó a todos que no hay límites para alcanzar los sueños, por más grandes que parezcan.

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