El elefante valiente
En lo más profundo del bosque vivía una familia de elefantes. El papá elefante, un gigante amable y sabio, siempre le advertía a su pequeño bebé elefante sobre los peligros que acechaban en la selva.
"Hijo mío, nunca te acerques a los hipopótamos. Aunque parezcan simpáticos, pueden ser muy impredecibles y peligrosos", le repetía una y otra vez. El bebé elefante, curioso por naturaleza, soñaba con conocer a los hipopótamos.
Siempre les veía desde lejos en el charco donde se bañaban y jugaban felizmente. Su corazón palpitaba de emoción cada vez que observaba a esos animales tan diferentes a él.
Un día, cuando el sol brillaba con fuerza sobre el bosque y las aves cantaban melodías alegres, el bebé elefante decidió que era momento de cumplir su deseo: conocer a los hipopótamos. Con determinación en sus ojos y valentía en su paso, comenzó a cruzar el frondoso bosque sin mirar atrás.
El papá elefante intentó detenerlo, pero viendo la determinación de su hijo comprendió que debía dejarle explorar por sí mismo.
Al llegar al charco de los hipopótamos, el bebé elefante se encontró con una escena maravillosa: los hipopótamos jugaban entre chapoteos y risas bajo la mirada atenta de su mamá hippo. Fascinado por lo que veía, el pequeño elefantito se acercó lentamente. —"Hola" , saludó tímidamente el bebé elefante. "¡Hola! ¿Eres un elefantito?", preguntó curiosa la mamá hippo.
"Sí, soy un elefantito. Siempre quise conocerte", respondió emocionado el pequeño. "¡Qué alegría tenerte aquí! ¿Quieres jugar con nosotros?", invitó amablemente mamá hippo.
Y así comenzaron horas de diversión y risas compartidas entre el bebé elefante y los hipopótamos. Descubrieron que aunque eran muy diferentes en apariencia, tenían muchas cosas en común: les gustaba jugar juntos, explorar la naturaleza e incluso descansar bajo la sombra de un árbol después de tanta diversión.
El sol comenzaba a ponerse en el horizonte cuando el papá elefante llegó al charco buscando a su hijo perdido. Al verlo feliz junto a los hipopótamos sintió una mezcla de alegría y alivio.
"¿Estás bien? ¿Qué tal fue tu aventura?", preguntó preocupado pero contento. "Papá, ¡conocí a los hipopótamos! Son increíbles y divertidos", exclamó emocionado el bebé elefante. "Me alegra verte feliz. Pero recuerda siempre escuchar las advertencias para mantenernos seguros", recordó cariñosamente papá elefante.
Así terminó ese día lleno de nuevas experiencias para el bebé elefantito. Aprendió que es importante seguir las precauciones pero también explorar y conocer nuevas amistades sin prejuicios ni miedos infundados.
Y es que en la diversidad está la riqueza del mundo animal, donde cada especie tiene algo especial para compartir si nos abrimos con amor y respeto hacia ellos.
FIN.