El Elefante Valiente y el Osito Miedoso



En la gran selva de Sabana, un elefante llamado Eloy vivía felizmente entre sus amigos. Pero a pesar de su gran tamaño y fuerza, tenía un secreto: ¡era muy miedoso! Todo lo que sonara raro o se moviera rápidamente lo hacía temblar de miedo. Su amigo, un osito llamado Robby, también tenía sus propios miedos. Robby temía salir de su madriguera, donde se sentía seguro.

Un día, la selva se llenó de rumores sobre un "mundo terrorífico" que había aparecido al otro lado del río. Los animales siempre hablaban de misiones valientes y aventuras, pero Eloy y Robby sólo se miraban con temor.

"¿Escuchaste eso, Robby?", dijo Eloy con voz temblorosa.

"Sí, ¡qué miedo!", contestó Robby escondiéndose detrás de un árbol.

Sin embargo, una tarde, la simpática tortuga Tula se acercó y les dijo:

"Chicos, no podemos dejarnos llevar por el miedo. ¡Hay aventuras esperándonos!"

Eloy y Robby se miraron con duda, pero la curiosidad de Eloy comenzó a crecer.

Unos días después, decidieron emprender el viaje al "mundo terrorífico". Mientras caminaban por la selva, se encontraron con una serie de obstáculos: ríos caudalosos, ramas caídas, y hocicos de cocodrilos que asomaban en el agua. Cada desafío los hacía dudar, pero al ver que el otro estaba a su lado, se daban ánimos para seguir adelante.

"¡Vamos, Eloy! ¡No podemos darnos por vencidos!", gritó Robby cuando Eloy se detuvo ante una gran roca.

"¡Tienes razón! Juntos podemos hacerlo", respondió Eloy mientras se esforzaba por mover la roca con su trompa. Juntos lo lograron.

Finalmente, llegaron a la orilla del río que separaba su hogar del mundo misterioso. Al otro lado, podían ver sombras y luces brillantes.

"¿Qué hay ahí?", preguntó Robby con un hilo de voz.

"No lo sé, pero juntos podemos descubrirlo", dijo Eloy, sintiendo una nueva valentía crecer en su interior.

Con un gran salto, los dos amigos cruzaron el río y, para su sorpresa, lo que encontraron no era aterrador en absoluto. Era un lugar donde los árboles se iluminaban con miles de luciérnagas y donde los animales organizaban fiestas todas las noches.

"¡Mirá, Robby! ¡Es hermoso!", exclamó Eloy mientras veía todos los colores brillantes.

"¡Sí! No era nada de lo que temía!", dijo Robby mientras se acercaba a un grupo de animales que bailaban.

Los dos amigos se unieron a la fiesta, aprendieron a bailar y se hicieron nuevos amigos. Al volver a casa al final del día, estaban cansados pero felices. Se dieron cuenta de que habían enfrentado sus miedos juntos y que era más fácil cuando no estaban solos.

"¡No puedo creer que hemos hecho esto!", dijo Eloy emocionado.

"Sí, fue increíble. A veces, hay que salir de nuestra zona de confort", respondió Robby, aún con una gran sonrisa en su rostro.

Desde ese día, Eloy y Robby se convirtieron en los exploradores de la selva, siempre listos para enfrentar nuevas aventuras. Aprendieron que el miedo no debería detenerlos y que juntos, eran capaces de lograr cualquier cosa.

Y así, el elefante valiente y el osito miedoso demostraron que, aunque a veces la vida parecía aterradora, la verdadera valentía surge cuando se tiene a un buen amigo a tu lado.

Colorín colorado, este cuento ha terminado.

FIN.

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