El Encanto de la Poesía en la Selva



Había una vez en la selva un perro llamado Rufus, quien siempre estaba metido en problemas por su carácter impulsivo y conflictivo.

Un día, mientras caminaba por el bosque, se encontró con un koala llamado Kiki, quien era conocido por ser muy tranquilo y sabio. "Hola Rufus, veo que estás de nuevo en problemas. ¿Puedo ayudarte en algo?", dijo Kiki con calma.

Rufus, sorprendido por la actitud amable del koala, decidió contarle sobre sus dificultades para controlar su temperamento y resolver sus conflictos de manera pacífica. Kiki escuchó atentamente y luego le propuso una solución. "Rufus, creo que lo que necesitas es aprender a calmarte antes de reaccionar. Te propongo que practiquemos juntos la poesía.

Es una forma maravillosa de expresar tus emociones y encontrar paz interior", sugirió Kiki con una sonrisa. Rufus aceptó el desafío y comenzaron a recitar poemas juntos todos los días al atardecer.

Poco a poco, Rufus fue aprendiendo a controlar su impulsividad y a ver las situaciones desde diferentes perspectivas gracias a la poesía. Además, descubrió que podía resolver sus conflictos de manera más efectiva cuando estaba tranquilo y reflexionaba antes de actuar.

Un día, mientras practicaban poesía bajo un árbol frondoso, escucharon un rugido fuerte que los sobresaltó. Era León, el rey de la selva, quien se acercaba hacia ellos con mirada desafiante.

"¿Qué hacen aquí recitando tonterías? ¡Esto es mi territorio!", gruñó León con prepotencia. Kiki se mantuvo sereno y le explicó amablemente que estaban practicando poesía para encontrar la armonía interior y resolver conflictos de manera pacífica.

León frunció el ceño al principio, pero luego se sintió intrigado por esta idea tan diferente a lo que él conocía como líder dominante de la selva. "Nunca había pensado en expresar mis sentimientos a través de la poesía. Tal vez pueda aprender algo nuevo hoy", reflexionó León con curiosidad.

Así fue como León se sumó a las sesiones de poesía junto a Rufus y Kiki. A medida que recitaban versos llenos de emociones e imaginación, León fue abriendo su corazón y conectando con su lado más sensible y comprensivo.

Descubrió que no siempre era necesario imponerse mediante la fuerza bruta para ser respetado como líder.

Con el tiempo, Rufus aprendió a controlar su temperamento gracias a la poesía; Kiki compartió su sabiduría con otros animales necesitados; y León se convirtió en un líder más empático y justo para toda la comunidad animal en la selva.

Y así, entre versos rimados e historias compartidas bajo la sombra del árbol frondoso, estos tres personajes demostraron que incluso los mayores conflictos pueden resolverse cuando se abren los corazones y se busca la armonía interior mediante el arte de la poesía.

FIN.

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