El encuentro con la ada en el restaurante chino

Eleanor y Sebastian estaban disfrutando de una deliciosa comida china en el restaurante de la esquina. Mientras saboreaban sus rollitos primavera, una pequeña ráfaga de viento hizo que sus servilletas volaran por el aire.

Para su sorpresa, una luminosa figura apareció frente a ellos. Era una hermosa ada con alas brillantes y una sonrisa amable. - ¡Hola, queridos niños! ¿Cómo están hoy? - saludó la ada con voz melodiosa.

Eleanor y Sebastian se quedaron boquiabiertos, nunca antes habían visto a una ada real. - ¡Hola! Somos Eleanor y Sebastian, ¿tú quién eres? - preguntó emocionada Eleanor. - Yo soy Amatista, una ada mensajera del bosque encantado.

Estaba de paso por aquí y sentí su amorosa energía, así que decidí hacerles una visita. ¿Les gustaría acompañarme a una aventura mágica? - propuso Amatista con chispa en sus ojos. Eleanor y Sebastian intercambiaron miradas emocionadas y asintieron con entusiasmo. Juntos, dejaron el restaurante y siguieron a Amatista hacia el parque cercano.

En el camino, la ada les contó historias sobre su mundo mágico, lleno de criaturas fantásticas y paisajes encantados. Finalmente, llegaron a un claro en el bosque donde brillaban hongos fosforescentes y luciérnagas danzaban en el aire.

- Aquí es donde termina mi visita, pero antes de irme, quiero darles un regalo especial - dijo Amatista mientras agitaba su varita y transformaba dos de los hongos en pequeñas cajitas de cristal.

- Estas cajitas contienen la magia de la amistad y el amor incondicional. Cuando las necesiten, solo tienen que abrirlas y sentirán su cálida energía. Gracias por compartir este maravilloso momento conmigo. Con un destello de luz, Amatista desapareció, dejando a Eleanor y Sebastian asombrados.

Juntos, regresaron al restaurante, llevando consigo la magia de su encuentro con la ada. A partir de ese día, Eleanor y Sebastian compartieron su regalo con aquellos que más lo necesitaban, llevando alegría a todos quienes los rodeaban.