El encuentro con Pepa



Había una vez en una mansión de 8 pisos, un capibara llamado Pepe y su amigo Juan, un loro muy parlanchín.

Vivían felices en su gran casa, pero Pepe siempre tuvo una tristeza en su corazón, ya que su mamá lo había abandonado cuando era pequeño. Un día, Pepe y Juan salieron a hacer las compras, y para su sorpresa, se encontraron con Pepa, la mamá de Pepe, en la tienda.

Pepa se asustó al ver a su hijo, y rápidamente intentó escapar, pero Juan la detuvo con un grito. "¡Espera, Pepa!", exclamó Juan. Pepa se detuvo y miró a los dos amigos con temor. "¿Qué quieres de mí?", preguntó Pepa con voz temblorosa.

Pepe, emocionado pero también herido, le dijo: "Mamá, ¿por qué me abandonaste? Siempre he sentido tu falta y he tenido tantas preguntas sin respuestas". "Hijo, lo siento mucho. Me fui porque me sentía incapaz de cuidarte adecuadamente.

Pero al saber que eres rico, pensé que no necesitarías mi amor ni ayuda", confesó Pepa avergonzada. Pepe la miró con compasión y dijo: "Mamá, el amor y la familia van más allá de la riqueza.

Te he extrañado mucho, y siempre te he querido a mi lado". Juan, con su sabiduría, agregó: "Pepa, todos cometemos errores, pero lo importante es aprender de ellos y cambiar. Pepe ha sido valiente y bondadoso, y merece tener a su mamá de vuelta".

Con el corazón conmovido, Pepa abrazó a su hijo y prometió nunca más alejarse de él. Desde ese día, Pepe, Juan y Pepa vivieron juntos como una familia, compartiendo amor, perdón, y creando preciosos recuerdos.

Y así, Pepe aprendió que el perdón tiene el poder de sanar heridas, y que el amor va más allá de las posesiones materiales. La lección de Pepe y sus amigos nos enseña que la familia y el perdón son invaluables, y que el amor siempre tiene espacio para dar segundas oportunidades.

FIN.

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